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— Potter ¿cuándo podremos irnos de aquí?

Preguntó la controlada pero Infantil voz de Scorpius, el cual caminaba de manera decidida hacia él.
El auror dejó caer los hombros y suspiró.

— Creo que en un par de días.

—¿Días? ¿Por qué? ¿Y mi hermano?

Harry se tomó el puente de su nariz, tratando de controlar el dolor punzante en su cabeza.
Suspiró y se inclinó para quedar a la altura del niño, apoyado en su rodilla.

— Dos días, irán a mi casa y los cuidarán bien. ¿Sí? — dijo mientras acariciaba los cabellos rubios del hermano de Draco. Sus ojos grises eran tan iguales y a la vez tan distintos. — Y ando trabajando en el tema de tu hermano.

— ¿Aún no lo encuentras? — Dijo en tono desanimado. — ¿Estará bien?

— Deja eso en mis manos. ¿Sí? A todo esto ¿por qué estás solo?

Harry frunció el entrecejo mientras que el niño sonreía de manera traviesa antes de que pusiera una cara aparentemente inocente.

— Yo sólo andaba buscando el baño.

El auror sabía que mentía, por lo que, suspicaz, lo tomó en brazos y se fue a la zona de protección de testigos.

El lugar era un caos, los aurores que se encontraban encargados del cuidado de los Malfoy andaban de aquí allá, buscando algo.

O a alguien.

— ¡Jefe!

Escuchó y enseguida, varios pares de ojos se pusieron sobre él, con una cantidad de diferentes expresiones que pasaban desde el enojo, el miedo, la frustración hasta el alivio.

— ¡Ahí está el diablillo! —dijo otro, acercándose con cautela a Harry. — Lo sentimos jefe, el niño es increíblemente escurridizo.

—¿Y se escapó de 12 hombres  entrenados como los mejores para el cuidado y protección? — Fulminó Harry con la mirada a todos los hombres que desviaron la mirada enseguida.

— Sólo andábamos algo distraídos, se supone iba a dormir con su madre. Pero ella se encuentra descansado y él no y como no son prisioneros, no podemos encerrarlos.

— Sólo mantengan un ojo sobre él ¿si? — dijo con fastidio el héroe del mundo mágico.

— Son idiotas porque no quieren proteger parientes de sucios mortifagos. — se escuchó entonces la voz del menor, el cual congeló en su lugar a los aurores que estaban alrededor de Harry.

Potter se quedó inexpresivo a pesar de que el color rojo invadió su rostro debido a la rabia que sintió.

— ¿Qué es un mortífago señor Potter?

— Scorp ¿puedes ir con tu mamá? Te lo pido como favor. Debes cuidar de ella mientras yo busco a tu hermano. Es tu misión ¿si?

Scorpius enseguida se puso más derecho y sus ojos brillaron como nunca.

— Lo haré.

El niño busco bajarse, por lo que Harry se lo permitió y vio que iba directamente hacia la habitación en la que andaban instalados.

— Jefe... Nosotros no...

— Sí el chico vuelve a quedar solo o si me llegan a dar alguna queja, tengan por seguro que se quedarán sancionados de su cargo de inmediato. No sé si lo recuerdan — dijo Harry en tono amenazador mientras caminaba entre los aurores— que el código principal del auror es proteger al mundo mágico y a quiénes lo necesiten. Sean elfos, animales, mortífagos o sus malditas familias. Si alguno no quiere cumplir esto, bien puede decírmelo e irse de aquí para que no me hagan perder el tiempo a mi. ¿Alguno?

Always / HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora