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Si había tocado el cielo al correrse por la lengua de San Potter en su entrada, estaba rozando con los dedos cada caliente piedra del infierno mientras el miembro de Potter entraba en su cavidad anal. 
Era grande, grueso, caliente y sobre todo enorme. ¿Ya había mencionado que enorme? Porque el rubio podría jurar que se partiría en dos en cualquier momento. 

—Mierda, maldito bastardo, no va a entrar, sácalo de una buena vez. — Se quejó Malfoy, habiendo olvidado por completo sus preguntas sobre Potter mientras su cuerpo y mente se limitaban a sentir. 

—Debes relajarte Malfoy, no pienso salir justo en este momento. Te he preparado...no te haré daño...jamás te haría daño a ti. 

Estaba por replicar aquella afirmación, cuando sintió al muy maldito auror adentrarse de una sola estocada en su cuerpo. Su cuerpo se arqueó mientras que un gemido ahogado salía de su boca al tiempo que mantenía los ojos cerrados y el entrecejo levemente fruncido por la sensación terriblemente dolorosa y ardiente que sentía por el cuerpo. 

Justo en ese momento, su miembro - que a pesar de todo pronóstico, ya se hallaba nuevamente duro - fue rodeado por la callosa mano de Potter, empezando a estimularlo lenta y firmemente. 
Su cuerpo estaba contrariado, entre qué sentir exactamente. Si el pulsante dolor en su recto o la deliciosa presión en su miembro. 

Era abrumador, Potter era sencillamente abrumador. 

A eso le sumaba el hecho de sentir aquella poderosa aura rodearlo. Era como si, no sólo el cuerpo de Potter lo penetrara, sino también su magia, recorriendo su cuerpo de manera cosquillosa. 
Sabía que, al momento de tener relaciones con una persona, era normal compartir la energía que los dominaba a ambos, pero jamás había experimentado tal cosa y mucho menos con una energía tan torrencialmente potente como la del salvador del mundo mágico. 

—Joder...te sientes tan bien, Draco...— Gimió el auror, inclinándose pata morder el hombro de Malfoy mientras este a penas lograba balbucear incoherencias. 

Los movimientos entonces empezaron a sentirse en su parte trasera, gentiles estocadas que buscaban acostumbrar al ex mortífago a su tamaño y sensación. 
El Potter de siempre...el Potty que trataba de hacerle pasar los menores malestares posibles. 

A pesar de todo el cúmulo de sensaciones, Draco se empinó, apretando un poco el esfinter anal que rodeaba al miembro de Potter.

—Cógeme como un hombre, Potty, no eres un niño. 

La suave y ronca voz de Potter, que pareció también un gemido contenido fue música para los oídos de Draco. 

Las embestidas se volvieron más duras, más firmes y mucho más profundas, lo que le arrancaba gemidos y jadeos confundidos de placer al tiempo que su miembro era apretado y estimulado a la misma velocidad. 
En un punto, Potter se movió de tal manera que dio en un punto que logró hacer que la vista de Draco se nublara de golpe, sintiendo el sorpresivo y totalmente intenso orgasmo que lo abordó sin si quiera habérselo esperado. Jamás había sentido algo así. Sus ojos se blanquearon por unos segundos, por lo que tuvo que cerrarlos. 

Draco no fue consciente de que Potter también gemía y temblaba detrás suyo, dando entonces unas cuantas estocadas más, firmes pero lentas mientras su propio semen se distribuía en el interior de Draco al tiempo que su pene terminaba de vaciarse. 

Ambos se dejaron caer entonces sobre el sillón, aunque Potter segundos después de dejó rodar para acostarse más bien en la alfombra, causando un suave gemido en Malfoy al salir de su interior. Se acostó frente al fuego y para no importunar a Draco, el cual estaría adolorido debido al acto que habían ejecutado en ese momento. 

Always / HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora