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Draco había estado muy distraído todo el dia. Trataba de concentrarse en los documentos que tenía al frente, pero, sencillamente no lograba pensar en nada que no fuera Potter y su aparente aura oscura. 

Si lo miraba en retrospectiva, Scorp le decía que había oscilaciones en las que el aura de Potter pasaba de oscura a Dorada, y era cuando se besaban el momento en que su aura más brillaba. 

Gryffindorescamente patético, pero suponía a que eso debía al... amor.

Tiró los papeles que tenía en el escritorió y luego revolvió sus propios cabellos, en un intento vano por quitarse aquella sensación mariposeante que recorrió su cuerpo ante el pensamiento rotundo y pugno de aquella palabra.

—Voy a enloquecer. —Farfulló con desaire mientras se levantaba.

No podía estar más tiempo allí, sencillamente no podía concentrarse y estaba cansado de hacerse el tonto.

Estaba decidido, iría con Grenger.

Pasó por el lado de su secretaria, la cual, a parte de sus labores, andaba con Scorp haciendo quién sabe qué.

Se subió en el elevador y se dirigió al departamento de derechos de las criaturas mágicas, para ir directamente hacia la oficina de la chica, entrando sin si quiera tomarse la molestia en tocar.

— Granger, tenemos que hablar.

La castaña elevó la cabeza de un brinco, por el susto que sintió al oír la intromisión en su oficina.
Suspiró al mirar a Malfoy y se levantó, casi como si hubiera estado esperándolo.

—Tenemos un problema. —Comunicó ella mientras sacaba su varita para cerrar la puerta, aplicando un muffliato.

— ¿Qué? —Fue lo único que preguntó el rubio mientras miraba extrañado a la chica.

Ella se dispuso a hablar, casi que al doble de velocidad de lo que una persona normal habla. Estaba alterada y gesticulaba bastante con las manos mientras su entrecejo se mantenía fruncido.

Poco a poco y a pesar de lo difícil que era captar todo lo que estaba diciendo, Malfoy sintió un retorcijón en el estómago al verse descubierto por Potter.

— Bueno, él debería de entender el por qué de las cosas y además... Scorp al fin me ha hablado.

— ¿Scorpius? Por Merlín, dime.

Fue el turno para Malfoy de contar la información valiosa que ahora poseía, sin hablar a trompicones mientras la bruja abría un poco los ojos con sorpresa.

—Dios, no había leído mucho acerca de la capacidad de ver las auras, debido a que es una práctica bastante antigua y olvidada. Actualmente se limita uno a sentir la intensidad de las mismas, pero por Merlín, esto es preocupante.

—No sé por qué tengo el presentimiento de que Potter si bebió esa posión, Granger. Y no entiendo cuál es su plan, pero no podemos permitir que su magia se contamine por completo.

—Es complicado, Harry se niega a hablar con alguien. Creo que el único que tiene un chance de hacerlo eres tú, Malfoy.

—Lo haré, pero tú tienes que hablar con la lunática sobre esa poción, debemos averiguar qué hacer.

—Se llama Luna, Malfoy y sí, hablaré con ella y también estudiaré sobre la purificación de magia.

Draco suspiró y salió algo abatido de aquella oficina.

Por alguna razón, sentía que tenía un par de enormes grilletes en sus tobillos, los cuales le pesaban al andar.
Tenía un mal presentimiento instaurado en su organismo, y la sola idea de ir a enfrentar a Potter le causaba cierto desaire.

Always / HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora