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Quizá, la última vez que se había sentido tan perdido en su vida, fue cuando tuvo que destruir los Horrocrux durante la guerra. No tenía idea de lo que tenía que hacer, ni de lo que tenía que buscar o cómo siquiera enfrentarse a la maldad que residía en ellos. 

Y justo así se sentía en ese momento. Lleno de incertidumbre. 

Malfoy los había hecho ir hasta la sala de estar, donde tomaron lugar en sillones diferentes en una indicación muda realizada por el rubio. Habían encendido la chimenea y se formó de manera casi instantanea un silencio incómodo para el auror. El pitido en sus oídos era constante, sabía que aquella voz en su interior quería hacerse presente, pero por suerte, se sentía demasiado tranquilo y feliz como para permitir que le ganara. 

Había hecho el amor con Malfoy, después de todo. 

De sólo recordarlo su cuerpo se estremeció un poco y su corazón se aceleró - por no mencionar la parte más interesada en estimularse ante aquellos recuerdos -.  

— Bueno, quieres...

— Sabes muy bien lo que quiero que me digas, estoy esperando a que lo hagas por ti mismo sin que tenga que hacer las preguntas.

Harry miró confundido al Sly, notando que este mantenía una expresión estóica en su elegante postura recta en aquella silla, con las piernas y brazos cruzados. El leve mohín entre sus cejas era adorable. 

— Si te soy sincero— Empezó a decir el chico que vivió — No sé de qué demonios quieres hablar, joder, yo sólo puedo pensar en lo que pasó hace...

— ¡Potter, cállate! — Bramó Malfoy, ocultando su bochorno al tiempo que le arrancaba una leve risilla a Harry. — ¡Quiero que me digas cómo carajos es que bebiste esa cosa! Hay algo en ti ¿Verdad? 

— Oh. 

El entendimiento del tema al fin se hizo visible en los ojos del auror. Harry se recargó contra el sofá y pudo sentir que el pitido en su cabeza se intensificó. Siseó entrecerrando los ojos y sacudió la cabeza. Aquel detalle no pasó desapercibido para Malfoy. 

— ¿Te está hablando? 

— No, en este momento se siente como...estática. No oigo su voz, está bloqueado porque puedo contenerlo. Es cuando me dejo llevar por...los malos sentimientos que logra sobrepasarme. 

Draco asintió levemente y volvió a quedarse en silencio. El auror supuso que seguía esperando que sencillamente le dijera las cosas, aunque si era sincero, no quería pensar mucho en ello porque de sólo recordar la manera en la que había tratado a Draco y lo que estuvo a punto de hacerle...

— Detente. 

Harry elevó la mirada, no se había dado cuenta en qué momento se había tomado la cabeza con las manos. 

— No pienses en ello porque no estabas siendo netamente tú. Eres un soquete que cree que puede lidiar con todas las cosas del universo solo y por eso llegaste a ese punto. Pero no fue tu culpa, no te culpo ni estoy asustado ni me siento vulnerado. ¿Entiendes? Si hubiera sido así, no me habría acostado contigo. 

El auror suspiró dejando caer los hombros y asintió un par de veces. Se acomodó sobre el sofá y miró hacia los ojos grises de Draco, buscando su fuerza y la calma en ellos. 

— Me tenían bajo la imperus, estaba demasiado conmocionado por lo de Goyle o Crabble, ni siquiera sé quién era. Tu amigo. Su muerte, yo...— Suspiró y notó la mirada de reproche de Malfoy. — Me sentía débil, como que mi cuerpo no me pertenecía pero era consciente de lo que sucedía a mi alrededor. Los Flint y otras personas estaban preparados para una celebración, no recuerdo mucho sobre eso, pero fue cuando empezaron a hablar sobre la erradicación del apellido Malfoy que logré mandar abajo cualquier pensamiento abrumador. No sabía qué era real o no, pero la idea de que te hicieran daño fue más fuerte que cualquier otra cosa. Cuando me di cuenta, pude liberarme de la imperus y me hallaba en una especie de ritual y yo ya había consumido parte del contenido del cáliz que me habían ofrecido. 

Always / HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora