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—¿Que Malfoy qué? 

La ronca voz del auror más galardonado por la comunidad mágica atravesó aquella sala de discusión como un enorme dragón de hielo que enfrío todo en un solo segundo.
Draco volteó a ver a Potter como si hubiera perdido la cabeza en ese justo momento. 

— Así como lo ha oído, Señor Potter. Por buen comportamiento, cooperación con el ministerio y suministro de información valiosa la libertad condicional del señor Malfoy ha sido revocada y por ende, se le otorgan nuevamente los beneficios y derechos de un mago activo en la comunidad mágica. También, se le ha hecho entrega de su varita y se revocan los cargos hacia él y su familia. 

El Dragón estaba más que emocionado por ello, esa mañana, Granger le había llamado con una emoción palpable en su voz y le había dicho que el Ministro de Magia había suscitado una reunión extraordinaria a la que él debía de asistir. 

Habían pasado ya un par de meses desde el regreso del salvador y todo parecía estar en aparente orden en el mundo mágico, por lo menos, así lo había visto Malfoy. 

No cabía dentro de su felicidad, quería salir de ahí, besar a Potter y meterle la lengua hasta la garganta para luego irse vía Flú hacia la mansión Zabini para contar la buenas nuevas a su familia y mejor amigo. 

—Se cierra la sesión. Se le hará llegar una propuesta de contrato en el área administrativa del ministerio, se ha reconocido su buen trabajo por lo que podría interesarle tomar un puesto mejor pago. 

Draco se levantó con cierta elegancia mientras asentía, dejando entrever a penas un poco su alegría en la torcedura de sus labios que simulaban una desdenosa sonrisa. 

Los miembros del Wizengamot se pusieron de pie y empezaron a salir de ahí al tiempo que Malfoy caminaba hacia Potter, el cual mantenía una expresión bastante sería y el entrecejo algo fruncido. 

—¿Algo va mal? — Preguntó Malfoy una vez estuvo frente al auror, el cual al verlo de inmediato suavizó su expresión. 

—Me preguntaba por qué no fui invitado a esta reunión. — Dijo sin más, tomando a Draco de la cintura para atraerlo un poco de forma posesiva. 

—Sólo estaba presente el ministro y los papanatas del consejo, fue algo extraordinario según dijo Granger. Pero da igual ¡Tengo mi varita! 

Potter le miró y sonrió, acariciando la mejilla de Draco. En ese momento, un carraspeo sonó detrás de ellos y ambos se alejaron un poco para mirar al visitante de aquel pasillo que ya se había vuelto solitario. 

—Ustedes dos podrían hacerme vomitar en cualquier momento. — Comentó Weasley mientras mantenía los brazos cruzados. 

—Agradece que no lo estaba besando. — Provocó Malfoy, enarcando una de sus cejas. 

—Como si no lo...¡No espera! — Imploró rápidamente cuando notó las intenciones de sangre pura hacia Potter. El auror rió. 

—¿Qué quieres, Ron? — Preguntó entonces Potter, volviendo a abrazar a Malfoy por la cintura. Éste último lo miró nuevamente ¿Desde cuándo lo abrazaba tanto en el trabajo? 

—El equipo está listo, debemos salir. — Comentó, rascando su nuca con algo de incomodidad. 

—Oh. 

—Bien, Potter, ve a salvar el culo del mundo mágico en lo que yo iré a visitar a mi madre. 

Draco se alejó lo más de contento para echarse a andar, sin embargo, Harry lo tomó del brazo y le atrajo nuevamente, mirándole con cierta intensidad. A Draco a veces se le hacía que los ojos verdes de Potter brillaban al punto de querer quemarlo. 
Ron rodó sus ojos y se alejó de allí, no quería verlos en sus escenas cursis, aunque debía de admitir que ya lo había aceptado por mucho que le incomodara toda esa situación. 

Always / HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora