Prólogo

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Él había creído que había alcanzado la redención.
Estaba seguro de que había empezado a sentir algo parecido al amor.
Pero se había equivocado, y su corazón aún se encontraba envenenado.

Tantos errores, tantas culpas y tantas mentiras pueden destrozar la voluntad de un hombre.

¿Qué más daba rendirse ante las pulsiones más mundanas del hombre?

Después de todo, nadie querría jamás un corazón tan ausente y tan negro como el mismo carbón.

Él no era un fénix capaz de renacer de sus propias cenizas; él era un basilisco capaz de engañar y aparentar a la perfección.

Estaba resuelto a que nunca más nadie le dañaría.

Nunca, nadie más, decidiría por él.

Always / HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora