Capítulo 38 - Poom.

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Despierto por culpa del frío que siento en todo mi cuerpo, lo primero que noto es que Harry no esta conmigo y mi pulso cardiaco aumenta por la posibilidad de que se haya ido y algo le pase. Me siento en el sofá y tomo mi celular para ver la hora, son las dos y media de la mañana todavía es muy temprano. Me pongo de pie y comienzo a llamar a Harry.

- Harry, ¿Dónde estás? - susurro. - Harry - camino a una de las habitaciones pero no lo encuentro, salgo de ella y me dirijo al baño pero tampoco se encuentra ahí. - ¿Dónde estás, cariño? - muevo mis piernas a la última habitación que me queda, la de huéspedes.

Me horrorizo al encontrar a Harry inconsciente atado a una silla y amordazado. De las sombras de la habitación sale Ian con una sonrisa llena de maldad y mientras más se acerca a Harry más asustada estoy. Mi primera reacción es correr a la puerta y pedir ayuda al policía que se encuentra afuera.

- Yo no haría eso si fuera tu - Ian me detiene al poner su pistola apuntando a la cabeza de Harry.

Enseguida me detengo y siento mi sangre helar, mis piernas flaquean y las siento como gelatina mientras que mi corazón late cada vez mucho más rápido. Quiero correr a Ian y golpearlo pero mi cuerpo me traiciona y parece que estoy hecha una estatua. Puedo ver a Harry en la silla sin abrir sus ojos y sin fuerzas.

- ¿No me saludarás? Por lo menos un hola - Ian se muestra ofendido y cínico.

Quiero responder, sin embargo mi boca no se mueve.

- ¿Qué pasó? ¿Me aplicaras la ley del hielo? Lamento decirte que solo aumentarás las posibilidades de muerte de tu novio.

- No le hagas daño - trato de sonar fuerte y firme pero falló y mi voz se va al final.

Lagrimas comienzan a derramarse por mis mejillas pero los sollozos nunca salen de mi boca.

- Bonnie, cállate un momento por favor. - Ian se acerca a mi y yo retrocedo por instinto. - Quiero que vallas a la puerta de entrada y le pidas al guardia que necesitas algo de la farmacia, la más cercana queda un poco lejos de aquí y nos dará el tiempo necesario para el pequeño show que te tengo preparado. Espero que no se te ocurra gritar o pedir ayuda porque tu y Harry pagarán las consecuencias, sé que en ti cabe un poco de inteligencia para evitar que eso pase, ve - me ordena.

Dudo unos segundos en obedecerlo pero finalmente me doy media vuelta y comienzo a caminar a la puerta del departamento, escucho los paso de Ian detrás de mi hasta que llegamos a la entrada, el se pone de mi lado derecho para ocultarse y que nadie lo vea, apunta el arma a mi y me dice que abra la puerta, enseguida veo al policía y el se acerca a mi.

- Buenas noches, ¿Se encuentra bien? - pregunta el oficial.

- Si - sonrío levemente - lo estoy. - me quedo en silencio un segundo en que decirle. - Solo necesito que me compre unas cosas de la farmacia, por favor.

El policía asiente con la cabeza.

Le sonrió de vuelta. - Yo-yo necesito pastillas contra cólicos y toallas sanitarias.

- Claro, se las traeré, le pediré a uno de mis compañeros que haga guardia en mi lugar mientras yo salgo. - el policía está apunto de irse pero cuando Ian quita el seguro del arma me da una señal de detenerlo.

- Espere - le detengo.

El oficial regresa y me ve confundido.

- ¿Necesita algo más?

- No, solo... No es necesario moverlos de posición, creo que me encontraré más segura y cómoda si ellos se quedan en donde están.

El chico lo duda por unos momentos pero al notar mi urgencia acepta y se va con mi dinero

Beso Travieso.//Wattys 2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora