Capítulo 4 - Un ligero cambio.

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6:00 de la mañana y yo ya estaba despierta gracias al maldito despertador.

Me estire todavía en el sofá y cuando puede abrir mis ojos sin dificultada, noté que Harry ya no estaba en su cama.

Me levanté poniéndome de pie y colocándome mis pantuflas, camine hacia mis maletas y tomé un cambio de ropa, nada más que unos jeans pegados, un suéter rojo carmesí y obviamente mi ropa interior. Me acerque al baño del cuarto de Harry, pero lo puerta tenía seguro. Harry se estaba bañando. O quizás masturbando, ya que no se escucha el sonido del agua al caer.

Como sea, bufe enojada y algo irritada ya que era sábado y nunca me había levantado tan temprano para trabajar. Salí de la habitación con mi muda de ropa en las manos y una toalla en mi hombro, busque por el pasillo el baño y lo encontré a lado del final de las escaleras. Me encerré en este, me despojé de mi pijama y tomé un baño con agua... ¿Tibia? Esta agua estaba casi helada y gracias a eso tuve que tomar la ducha más rápida de toda mi vida, el agua salía como pequeños cubos de hielo. Salí de la bañera e inmediatamente tomé un toalla y la enrollé en mi cuerpo, cubriéndome del frío que sentía. Cuando pude mantener el poco de calor que me otorgo la toalla, empecé a vestirme y desenredar mi cabello.

Salí del baño totalmente vestida, y peinada. Camine de regreso al cuarto con la toalla húmeda en mis manos, pensando en lo difícil y agotador que sería el día de hoy. Abrí la puerta de la habitación y la imagen que vi al entrar me dejo en shock por un segundo.

Harry estaba de frente mío, completamente des-nu-do. Al parecer, el no había notado mi presencia, pero cuando, yo solté un grito, el volteo a verme alarmado. Tapé mis ojos con una mano, dejando caer la toalla y con mi otra mano señale la parte íntima y desnuda de Harry.

- ¡Largo Bonnie! - Me grito Harry espantado.

Aún con mi vista cegada por mis manos, salí de la habitación y me quede en el pasillo esperando a que Harry se pusiera algo de ropa.

¿Pero qué rayos había visto?. La imagen del miembro de Harry era repetitiva en mi cabeza y yo solo quería que la tierra me tragará, me sentía como una pervertida.

Me puse de pie, coloque mis brazos de una manera natural y tomé una gran bocanada de aire para tranquilizarme. Volví a la puerta de la habitación y esta vez me aseguraría de que Harry estuviera listo para abrir. Toqué la puerta de madera dos veces seguidas y enseguida un Harry completamente vestido y con el cabello algo arreglado, abrió la puerta de la habitación y después se recargó en el marco de la misma.

- Y-yo lo sientto - Tartamudeé debido a la vergüenza que me dio en ese momento al recordar aquella escena.

Harry rodó los ojos;algo típico de el, y se retiró de la entrada para poder sentarse en el borde de su cama.

- Eres una pervertida - Susurró bajando su cabeza pero hablo lo demasiado alto como para que yo lo escuchará.

- Yo no soy una pervertida, tu debiste ponerle seguro a la puerta - Le reclamé mientras tomaba la toalla que deje tirada en el suelo y después me acerqué a el.

- Bonnie, aunque tu duermas aquí, esta sigue siendo mi habitación y si yo quiero no le pongo seguro. ¿Entiendes? - Dijo desafiante mientras alzaba un poco su vista para poder verme a la cara.

Estaba muy enojada. Mi rostro tomó una expresión de disgusto y enojo y crucé mis brazos colocándolos en mi pecho.

- Harry, deja de hablarme como si yo no tuviera el derecho de que al menos tengas un poco de respeto por mi. Solo venía a preguntar si ya estabas listo para irte. - Le dije firme y aún enojada.

Beso Travieso.//Wattys 2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora