𝕻𝕬𝕽𝕿𝕰 8

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CONTINUAMOS.



— ¡¿Pero como putas madres se traban con la sangre?!.

Estaba tan enojado que no podía contar, al pasar el tiempo dentro de ese maldito sitio, la sabueso me puso de tarea limpiar una de varias armas, las cuáles estaban manchadas de sangre de esas malditas víctimas, desarmaba cada arma que tocaba, obviamente dejaba las piezas dónde iban, la única arma que había tocado con mis manos, había sido la escopeta de mi trabajo.

Mientras que yo limpiaba el arma, la loba llamada, Loona. Estaba sentada en frente de la computadora, sin hacer ni una mierda, valla que no se cansaba por tener su trasero apegado al asiento.

No tenía tanta paciencia como para estar repasando el trapo a la mayoría de las partes manchadas, al menos la sensación del tener una en manos no se me iban.

— ¿Y tú qué harás, seguirás sentada viendo esa cosa? — le dije en tono molesto, ella nisiquiera me hacía caso —.

Maldita sea, esperaba que los demás llegarán para que al menos no tuviera que soportar el maldito silencio.

Creo que sería más fácil el tener que robar un teléfono y dárselo como un maldito obsequio, algo me decía que está no se tomaba el trabaja encerio, nisiquiera sé asomaba a la mesa del pasillo, dónde anteriormente había atendido al diablillo.

¿Quien era yo para juzgar la vida de esa niña?, la mía no fue la mejor pero tampoco fue la peor.

Callé mi boca del necio carácter de la loba, su mirada estaba tan fijada en la pantalla que ni sus párpados se movían, estaba tan vacío de las bolsas, desearía tener mi teléfono en mis manos y tomarle foto a su cara de distraída.

— Otra vez me esas mirando raro, idiota— desvíe la mirada un tanto nervioso, debía tener cuidado con la sabueso —

— No es nada, es solo que me vendría bien una ayuda con esto, todas están sucias.

Diablos, era tan raro convensar con ella.

— No es mi problema, me dejaron a cargo de ti y eso hago, además esa cosa no es tan difícil, no me hagas gastar palabras.

— Tienes razón, no debo hacerte gastar palabras, entonces no tengo por qué explicarte por qué, Vortex. Un amigo que acabo de conocer, me dió un par de invitaciones y-

— ¡¿Que mierda dijiste?! — ella se tropezó al intentar levantarse de su asiento y acercarse a mi —.

Ahora tiene algo de sentido, eh.

— ¡¿Que fue lo que el te dió?!.

— ¿A mí?, Pues solo un par de invitaciones, pero descuida, no haré que gastes palabras, así que nos vemos luego, iré a limpiar las demás cosas fuera de tu alcancé.

— ¡No, espera!.

En cuanto me di la vuelta para salir de la sala, ella jalo mi brazo fuerte, tanto que sentí como sus garras me las enterraba por completo, de inmediatamente yo ya estaba contra la pared, con una de su pata contra mi cuello, por su comportamiento me daba a entender que tal vez el sabueso, la atraía. Claro, su musculatura no estaba así por qué si.

— Sabes que si me lastimas no te daré esa cosa — le dije tratando de respirar ya que ella tenía su pata contra mi cuello —.

— ¡No estés con tus mamadas, dame esa invitación que el me la dió para mí! — ella me grito fuerte que hasta logré escuchar un pequeño chillido —.

¿𝗣𝗢𝗥 𝗤𝗨𝗘 𝗢𝗗𝗜𝗔𝗥𝗧𝗘? (Loona x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora