𝕻𝕬𝕽𝕿𝕰 9

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CONTINUAMOS.



Estaba tan incómodo, estando al lado de la sabueso. Ella estaba al volante con su mirada seria eh fija en la trayectoria del camino, sabía la hora exacta que era, pero el cielo parecía nunca cambiar de su tono rojo. La oscuridad ya empezaba a notarse en los alrededores de la ciudad, si se tratara de una manta cubriendo el lugar.

Bostece con los ojos cerrados, creo que nisiquiera iba a comer.

En toda mi vida jamás me habia topado con una persona que no le gustaba hablar, salvo en los ancianos. Está vez no iba intentar tener una plática formal con ella, estaba entendiendo un poco esto, ella tal vez solo le habla a todos aquellos que llegan agradarle, así como lo hizo hace unas horas con la botella de alcohol.

Gire mi vista al costado de la ventana, puta madre, pero que vehículos más raros se manejaban aquí abajo, desde tanques hasta los antiguos de antes, esto estuviera en la superficie, se hace una maldita fortuna y-

— Hey idiota — ella llamó mi atención volteando a verme —

— ¿Si?.

Todavía que le respondo con el llamado, "idiota".

— ¿Quieres comer algo?, Yo invito solo por esta vez, claro si es que quieres.

— ¿Me estás invitando a comer?, No te ofendas niña, pero es lo más raro que has dicho desde que conozco tu vocabulario.

— Vete a la mierda, si no quieres pues solo di que no pendejo.

— No, no, si me gustaría, es solo que... No nada, gracias de todas formas — regreso la mirada nuevamente a la calle —.

Ya me sabía un poco el camino que dirija hacia la casa del tal llamado Stolas. Y si, no estábamos desviando, me quedaba corto con el acto de ella.

En un par de segundos el auto se detuvo, en ese momento venía con los ojos entre cerrados, mi sueño estaba tomando posesión ya de mi mente. Escuché un golpe al lado mío, era más que todo ella, bajando del auto con un fuerte somaton en la cabeza. Bueno ella era algo grande para este tipo de vehículo.

— Vamos olgazan, no esperes que te hable para bajar — me dice ella entre brazos cruzados, rechinando la puerta —.

— ¿Aquí es?, Esto más bien parece un antro de la perdición.

Sería incómodo tener que verme rodeado por más diablillos.

Le hubiera dicho que no gracias.

— ¿Que putas esperabas?, No te voy a rogar, si quieres comer pues vente, si no pues jodete — se dió la vuelta para adentrarse al lugar aún teniendo sus brazos cruzados —.

— Puta madre — dije de mala gana, dejando la incomodidad a un lado, corrí hacia Loona — Y bien.

— No te vallas a separar de mi, eres un humano, cosa que la mayoría odian aquí, no vallas abrir la trompa hasta que yo lo diga, y no se te ocurra hablarle a nadie, no son de fiar, ¿Captas?.

— Si, si. ¿Para que iba hablarles? Aquí soy yo el bicho raro.

En cuanto me dirigió esas palabras procedimos a entrar al lugar, el tintineo una campana resonó por el interior del antro. No tardaron en voltear a vernos a nosotros, pero que incómodo, todos nos miraban.

¿𝗣𝗢𝗥 𝗤𝗨𝗘 𝗢𝗗𝗜𝗔𝗥𝗧𝗘? (Loona x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora