¿𝗣𝗢𝗥 𝗤𝗨𝗘 𝗢𝗗𝗜𝗔𝗥𝗧𝗘? （Ｌｏｏｎａ ｘ Ｌｅｃｔｏｒ）

𝕻𝕬𝕽𝕿𝕰 19

CONTINUAMOS.

— Entonces... En resume, tu papá se metió con uno de clase alta y por su culpa, bueno más bien de ambos, terminaron con la relación del principe Stolas y nosotros, debemos de ir hasta donde vive ella y pasarla los gastos.

Loona, asintió con una expresión sería, me había estado explicando que pasó entre su padre y resulta que es un demonio con unas pelotas enormes para meterse con un príncipe, y yo pensando que un puto.

Ambos salimos de la mansión y entramos a la furgoneta, Loona, quien estaba molesta empezaría a maldecir a todos los que trabajaban en la empresa, ninguno se salvó de la maldición de la sabueso, con decir que hasta yo salí bailan y eso que no había echo nada malo, más que aceptar acompañarla nada más.

No creo que sea un viaje tan largo como para que se molestara, lo que había entendido un poco es que ella ahora mismo vivía en la superficie y el dinero que debía de manejar, era el de arriba y de aquí abajo.

Estubimos esperando al búho con el paquete prometido para su ex pareja, Loona, seguía estando enojada y con una mirada tan fría y penetrante, ella volteó a verme, no me había sentido tan amenazado desde que ella que nos conocimos en el bar, parecía estar molesta hasta conmigo, fue tanto la incomodidad que sentía que yo mismo me puse a pensar, ¿Que hice ahora para ganarme esa mirada fea?.

— ¿T-tengo algo en mi cara...? — me acerqué al retrovisor izquierdo mirándome fijamente —

— ¿Por qué putas aceptaste? — suelta ella la oración con sus brazos cruzados mirándome de reojo — Te vas a meter en problemas con esa gente.

Si me negaba, seria como haber dicho si, el búho de todas formas me iba a mandar con ella.

— Pues por qué me obligó, ya tranquila, no te enojes solo por un viaje, solo le damos el paquete a la vieja y ya, mandado cumplido.

— Si, con decirte que la vieja de ida y venida nos va a costar todo un puto día — agrego desinteresada bajando el vidrio, Stolas venía hacia nosotros con una maleta, era el mandando —

¿Un día? Creo que tal vez está se había olvidado del libro que habría los malditos portales a diversos sitios de la superficie, por un lado sería todo un viaje rápido de tal vez minutos, pero por otro lado, yo podía pasar tiempo con ella, estaba teniendo ideas locas sobre pasarla bien con ella, mierda, esto va más lejos de lo que llegaría, ella me agradaba tanto, era como tener ante mi una versión mía pero femenina, era exactamente la amiga que yo hubiese querido tener en la superficie, y más si fuera una compañera de mi trabajo.

Stolas, ingresó la maleta a la furgoneta, seguido de eso dar un par de órdenes a la sabueso, ahora me estaba preguntando un poco sobre la situación de Stolas y mi jefe, habían tenido sexo y Stolas no lo pensó ni un momento en pensar que tal vez hacia mal en avergonzar a su esposa con un diablillo, tal vez no se sentía tan cómodo con ella, nisiquiera sabía que este libro fue prestado por medio de un trato, coger por el libro. Debió ser duro para mí jefe hacer este tipo de cosas.

El búho ya acabando de dar las órdenes a su hija, el se acercó al frente de la furgoneta, alzó sus manos al frente y simuló estar como abriendo algo entre la nada con delicadeza, en medio de sus manos de frente se empezó abrir un portal dejando un leve destello, no sabía que el búho podía abrir portales con sus propias manos sin necesidad de dibujar el pentagrama en el suelo.

Miraba la vista de una carretera despejada, a su alrededor un enorme campo verde, rodeado al borde con árboles, estaba apunto de encender el auto y cruzar el portal, pero rápidamente el búho se me acerca y me dice con un tono serio las siguientes palabras.