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CONTINUAMOS.

— ¡No son nada más que simples peones de esa perra!.

Dijo la sabueso en rabia devorando a una de las manifestantes, clavando su hoscico en el cuello de la chica para profundizar sus dientes entre está y al cabo de unos segundos la cabeza de la chica quedaría prendida con tejidos de su piel, todas esas personas no se dieron la vuelta, más bien decidieron confrontar a los seres demoníacos con los objetos que tuviesen en sus manos.

El hombre quien disparaba contra las mujeres, estaba cargado de enojo y frustración. Algo le hacía incomodar en esa misma escena, no pensase que fuese sus acciones de matar a toda una multitud entera, más bien la clase de acciones que estaba repentinamente tomando ya. Pasando de estar alcoholizandose con la hembra que lo tiene como loco, a matar en una tarde muy alocada entre manifestantes.

Se estaba convirtiendo algo más que un simple sicario de emociones escasas, en el hombre que toda humanidad no desearía de su existencia, en un mal para el mundo. Tomando el ejemplo de los seres que habitaban en ese infierno, se estaba tornando a uno de ellos pero no sabía cómo expresarse mentalmente a su problema, le era más fácil apretar del gatillo y matar sin razón a qué pensar con razón.

— ¡Mueran, no son nada malditas perras, solo mueran! — grita ___ golpeando a una de las mujeres con su propia arma — ¡Aquí tienes mi voto a sus peticiones!

El pequeño diablillo saltó a los hombres del hombre, tomando ahora más altura y sacando ventaja para seguir disparando contra las personas que se acercarán a golpear a su compañero, el trabajo en equipo es algo que también caracteriza al grupo de compañeros, más con los tipos de sicarios infernales.

Millie ruboriza al ver cómo su prometido defendía las espaldas de su compañero de trabajo le hacía enloquecer volviendo a qué está hiciese lo mismo y con su cuchillo, estancarselo a las personas que los empezaban a rodear, tomando en cuenta que ella se montaba en las cabezas de sus víctimas y únicamente les abrió su cuello.

Loona disfrutaba ver a sus compañeros masacrar a las personas, con una macabra sonrisa en su rostro era la forma en la que hacía retroceder a las pocas personas que estaban quedando, su hoscico escurriendo la misma sangre de sus oponentes le era exitante saborear de su templo, osea. Sus cuerpos.

— ¡Cabrones! — el diablito disparó su último cargador — ¡No tengo más balas!.

— ¡Yo nisiquiera se porque está cosa sigue disparando, nisiquiera le dieron balas a mi arma! — el hombre solo seguía jalando del gatillo de su arma, pues estaba agradecido que su arma siguiera disparando.

— Chicos... ¡Tenemos un problema mayor! — apuntó Millie al frente.

Más adelante de la calle se hizo presente ante las miradas de todos un enorme camión blindado, el camino no venía del todo solo ya que de su interior bajaron lo que serían militares armados, portando un traje táctico el cual le sería difícil al equipo I.M.P derribar.

El grupo empezó a retroceder, mientras más se acercaban los soldados, el equipo seguía dando sus pasos tratando de encontrar la manera de salir de las calles, habían perdido a su jefe ya que este jamás se presentó en todo el momento de la masacre.

La sabueso gruñía con enojó poniéndose al frente de sus compañeros para cubrirlos por completo, aunque no les sería de mucha ayuda estando en la mira de diversos hombres armados, del camión blindado se alzó sobre su techo una enorme torreta junto a uno de ellos apuntado al rostro de la sabueso, el grupo se habia quedado sin ideas y la única forma de ganar aquella pelea era con un maldito milagro.

¿𝗣𝗢𝗥 𝗤𝗨𝗘 𝗢𝗗𝗜𝗔𝗥𝗧𝗘? (Loona x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora