EL FIN.

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CONTINUAMOS.

Pasaron ya hace unos minutos desde que un humano y una sabueso de pelaje blanco salieron de la habitación, en la mesa ya con unos platos de comida servidos, se miraba al tal diablillo acariciando las cálidas mejillas de su hija adoptiva, fue para su padre toparse con la presencia de su hija en la mañana frente a la mesa

Loona no iba rechazar tal afecto, en parte habia sido su culpa por haberse ido por tanto tiempo, rara eran las veces que era correspondido el diablillo con sus abrazos en la sabueso, el hombre solo pudo ser testigo por una esquina de la mesa como su amiga abrazaba a su padre.

— ¡Por poco mando a buscarte! — dijo el diablillo entre lagrimas, estando en los brazos de su hija. Daba fuertes besos sobre la frente de ella por la angustia que habia pasado una semana sin ella.

— Aquí estoy papá, solo nos invitaron a un lugar y ya, no es para tanto.

— ¿Para tanto...? suerte que Octavia me llamó, ustedes dos fueron a la casa de esa mujer, ¿Qué idea tan errónea fue esa la suya...? —agregaría el búho entre brazos cruzados, volteo su cabeza de manera que vio el rostro del hombre parado en la esquina de la mesa — ¿Tu por que dejaste que esa mujer te invitara a su casa?

— El no tiene culpa de nada, así que no le hagan caras. Además, que yo recuerde, fue tu idea que el fuera a su mansión, ¿ya se te olvido a que lo mandaste?

Como lo prometió, estaba defendiendo a su amigo de las preguntas que se imagino que le harían, Stolas no quiso seguir con la platica ya que par ser exactos con la sabueso y el, pues claramente salía perdiendo el, claro.

El hombre al ver ese acto tan amable de su amiga, con mucha vergüenza mira hacia cualquier lado que no fuera hacia ellos, sus mejillas pintaban un color rojizo y muy notorio. Stolas rio tímidamente retirándose de la vista del hombre al estar de acuerdo con la sabueso, ya podían comer un poco más calmados que las explicaciones habían acabado.

Tardaron un poco la pareja de amigos en ver que sus compañeros de trabajo habían llegado al desayuno de esa fresca mañana, Millie y Moxxie estaban entrando al comedor, muy gustosamente fueron recibidos por su jefe con un enorme abrazo grupal, y nunca faltaba los fuertes insultos de humor a su querido empleado, Moxxie.

Una grata reunión de amigos habia ahora sobre la mesa de la realeza, daban torpemente la bienvenida a la pareja de amigos que se habían ido, era algo curioso para la parejita de casados, en especial para Moxxie, días atrás recordó ser muy mal recibido el sujeto por todos, sobre todo por su compañera de trabajo.

Ahora le contaban la historia que estos dos se habían escapado una noche sin dudar.

Una ligera sonrisa bufo al pensar tales cosas de estos dos. Las charlas seguían pasando sobre la mesa incluso aun si ya habían acabado de comer, el centro de atención se trataba de Loona y Moxxie, el diablillo se defendía de los chistes que comentaba la sabueso de él. Millie por un lado no podía con los sobrenombres que recibía  su marido, "Pilín de hormiga".

¿Por que no dejarse insultar por los demás para caerles bien en las reuniones?.

Por un segundo es que, Loona rio a carcajadas de ver como su padre y Moxxie se dirigían las palabras entre ellos, acostumbraba a ser divertida si uno de sus compañeros eran jodidos por su padre, pero entonces fue donde ella lo notó, todos en la mesa se hablaban con los demás o bromeaban, todos excepto uno. era el sujeto.

Notó como su amigo tenia una expresión baja, a la vez levantaba la cuchara y masticaba la comida por su boca pero el la masticaba lentamente, estando su cabeza apoyada sobre su mano y una mirada tétrica solamente al borde de la mesa, no estaba prestando nada de atención a las bromas o palabras que decían los demás.

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¿𝗣𝗢𝗥 𝗤𝗨𝗘 𝗢𝗗𝗜𝗔𝗥𝗧𝗘? (Loona x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora