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CONTINUAMOS.

El camino de todo viaje es lo que lo hace aún más especial, pues conoces en toda esa trayectoria dichas cosas como a las personas que te acompañan, tu convivencia, sus planes, todo. Pues dentro del auto es lo que le sucedía al hombre que reposaba su cabeza en unos de los comodines del asiento.

Stella manejaba en silencio, de echo. Está se la pasó con el pico cerrado, aunque no paraba de mirar por su retrovisor y por los enormes cristales a su lado a la supuesta pareja, Loona y ___ no se habían hablado ni una sola vez, nisiquiera cuando sus miradas se cruzaban por coincidencia.

"Di algo"

Fue lo que pasaba en la mente del hombre al sentir aún la mano de su amiga unida a la suya, aunque estos dejaron de hablarse eh interactuar, sus manos seguían unidas no porque ambos querían tomarle al otro, pues simplemente esto se les había ocurrido ante su mentira sobre su dicha relación.

Loona esperaba que su amigo apartará su mano sobre la suya, pues esto le estaba empezando a incomodar, nisiquiera sabía de qué mano era el que el sudor recorría pues ya sentía su mano húmeda y resbaladiza.

— Ya casi llegamos — dice cómo su primera palabra en todo el viaje, volteando a verlos — tortolos.

— Sabe, diría que el trasero me duele pero estos asientos son muy cómodos — suelta el hombre, soltando un leve suspiro.

Cuando el hombre exhaló, la sabueso volteo hacia su mano donde esperaba que el hombre se diera cuenta que sus manos estabas sudadas, aunque está no supo que de quien se trataba del sudor pues era de ella misma, si en todo el camino no hablo fue por el motivo de que estaba unido con su amigo, y no podía pensar en otra cosa más que la mano de su amigo unido con la suya.

Loona movió lentamente su mano de la del hombre, esto le hizo voltear a verla y justo lo que quería. El hombre apartó rápidamente su mano de la de su amiga, haciendo que está dejase salir un fuerte suspiro de alivio, sobando su muñeca y acariciando la palma de su mano.

Con la sorpresa que se llevaría de que era ella quien despedía ese sudor en sus manos unidas, volteo a ver al hombre avergonzada, pues no quería que se diera cuenta que había sudado sobre su mano y que para que fuera más incómodo, que hubiese venido de ella.

— Hmmm.

— ¿Que? — pregunta el hombre.

— Esto fue raro... — murmuró la sabueso casi cerca de su oído — ¿Porque no me soltaste la mano...?

— ¿Soltar tu mano? Pero si yo no estaba tomando tu mano, eras tú quien se aferró a la mía después.

Antes de que la sabueso pudiera decir algo, el vehículo donde se encontraban se había detenido salvajemente, haciendo que estos fijarán su vista hacia Stella quien pronto se dio la vuelta, acompañado de una pequeña sonrisa avergonzada.

— ¡Bajemos!

Dijo ella en voz alta saliendo de la camioneta, parecía que habían llegado al sitio que había comentado. Ambos se bajaron de la camioneta y miraron a sus alrededores del sitio donde se encontraban.

Habían llegado a la punta más alta de una colina, el aire ahora era más salvaje pero puro, el pelaje de la sabueso se alborotaba levemente gracias a que era fácil de domar, su cola esponjosa la tenía casi enrollada, mientras que el hombre únicamente se le alborotaba el cabello.

¿𝗣𝗢𝗥 𝗤𝗨𝗘 𝗢𝗗𝗜𝗔𝗥𝗧𝗘? (Loona x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora