𝕻𝕬𝕽𝕿𝕰 36

833 68 10
                                    

CONTINUAMOS

— Debo admitir que... Esto fue muy difícil.

La mujer hablo en tono molestó, tal parecía que había estado buscando al hombre, no negó que no lo había echo, algo que Loona le sorprendió es que no se sorprendiera al verla a ella.

La mujer empezó a caminar a paso lento, rodeando a la pareja de amigos que estaban en shock aún, se imaginaban que se toparian a unos de ellos o más pero no que cada uno tuviera un diferente aspecto diabólico.

— Debí haber acabado contigo esa misma noche que te llevaste a mi padre — respondió la sabueso con enfado, alzando su pecho y verla con enojo.

— Lo sé, lo sé. Todos cometemos errores, tú. No me mataste, yo por no haber echo bien mi trabajo, ese hombre por haberse relacionado con temas del más allá... Pero uno de ustedes, me dio la pista para entenderlos mejor que nadie — aclaró, sabiendo que la sabueso ya había entendido que se refería a la hoja del libro.

— ¡Eso no te pertenecía! — gritó Loona.

Ambas tenían la mirada justamente estancada con la otra, aunque Loona estaba realmente furiosa, no iba a bajar la guardia delante de su amigo, a los pocos segundos. Ella empezó a escuchar más ruido a sus alrededores, como si personas marcharán al mismo grado de hacer temblar el suelo.

Pues de las oscuras sombras del bosque, muchas siluetas empezaron a mostrarse, de las oscuridades salían varios hombres de traje negro, muchos de ellos portaban en sus manos armas, de cuerpo a cuerpo pero con el filo suficiente de cortar.

El hombre volteo su cuerpo a sus espaldas, estando este cubriendo la espalda de su amiga, no sería tan justo que dos pelearán contra muchos de ellos.

— Dios santo... L-Loona — expresó con temor — cubreme... Y yo te cubriré...

— Mierda, mierda, mierda...

Ambos tan acorralados que estaban que no podian ver a qué sitio podría escapar, en cada rincón habría más de estos hombres de traje negro.

La agente empezó a reírse de forma burlona, su tono de voz aún no dejaba de oírse tan espantosa. Loona a pesar de estar ya preparada, sus manos temblaban por estar tan bajo presión, sabría hacer su trabajo pero su amigo.

El no era tan bueno peleando, el no tenía la misma agilidad o resistencia que ella, su única arma en manos era una cruz que ya nisiquiera sabía si considerarlo como un arma para defensa.

Ninguno de ellos iba a temerle a ella, luego de haber ya experimentado con su misma especie, estaba tan acabada.

No dejó de apuntar su arma a la cazadora que seguía viéndola a los ojos, aunque lo más que notaba Loona, es que esa mujer miraba con deseo a sus espaldas, o más bien a su amigo de sus espaldas.

Loona acercó a su amigo por medio de su cola, teniendo que enrrollarla al rededor de sus caderas para que el hombre quedará apegado a ella, lo necesitaba a la vista para saber que iba estar con vida.

— Este hombre, ¿Tanto te importa? — exclamó con enojo, sus manos empezaron a tornarse a un tono muy oscuro — ¡Este imbecil!

— ¡No me voy a igual a su nivel! Tengo motivos para pelear, los tuyos solo son una maldita obsesión.

— ¿Si? Hmmm, eso ya lo veré...

¿𝗣𝗢𝗥 𝗤𝗨𝗘 𝗢𝗗𝗜𝗔𝗥𝗧𝗘? (Loona x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora