Capítulo 10

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Durante el trayecto, Jungkook guardó silencio sobre el tema, pero no podía dejar de notar la ansiedad de Taehyung por llegar junto a Jimin.

Taehyung soltaba una que otra maldición, quejándose de que todos los autos avanzaban muy lento, hasta que finalmente llegaron a su destino, lo que pareció aliviar un poco su ansiedad.

Se suponía que Jungkook lo dejaría en la puerta y se iría, pero los gritos y el sonido de cosas rompiéndose dentro de la casa lo alarmaron y lo hicieron dudar.

Entonces, Jungkook se negó rotundamente a dejar que Taehyung entrara solo en ese lugar, decidido a acompañarlo y enfrentar juntos lo que fuera que estuviera sucediendo.

A pesar de las súplicas de Taehyung que se marchara, insistiendo en que no era necesario que entrara, Jungkook se mantuvo firme en su decisión e ignoró sus ruegos.

—Kook, por favor, vas a empeorar las cosas. —Susurró Taehyung, jalándolo suavemente del brazo para detenerlo.

Un grito lo hizo ponerse en guardia, y al mirar a su novio, se encontró con que los ojos de Taehyung estaban humedecidos por las lágrimas, lo que lo llenó de preocupación.

—¿Es Jimin? —Preguntó Jungkook, su voz llena de inquietud. —Sí, Tae, ese grito fue de Jimin. —Afirmó, tomándolo con firmeza por los hombros.

Los gritos se intensificaron y el estruendo de objetos rompiéndose se volvió más fuerte, lo que llevó a Jungkook a decidir que era hora de intervenir y entrar en la casa.

Pero la escena que se encontró Jungkook al mirar a Jimin no era la que esperaba: lloraba desconsoladamente, como si la vida se le fuera en ello, con marcas rojizas en los brazos y jalando desesperadamente de su cabello. Además, notó que se cubría los oídos con las manos, como intentando bloquear el sonido de la voz de Seokjin.

Jimin repetía una y otra vez, con voz quebrada por el llanto, “Estoy sucio, Juyeon dijo que estoy sucio”, como si las palabras se hubieran grabado en su mente y no pudiera librarse de ellas.

—¿Qué está pasando aquí? —Preguntó Jungkook, sin darse cuenta de que esa pregunta solo empeoraría las cosas.

Pero cuando los presentes escucharon su voz, entraron en pánico y Jimin, en un estado de desesperación, se abalanzó sobre Jungkook tratando de arrastrarlo fuera del lugar mientras suplicaba ayuda a Seokjin.

—¿Qué hace él aquí? —Seokjin preguntó con rudeza a Taehyung.

Jungkook tomó las manos de Jimin justo cuando este intentaba golpearlo, un grave error a la vista de todos, que solo sirvió para empeorar la tensa situación.

—¿Qué te sucede? ¡Cálmate! —Jungkook trató de calmar a Jimin, sujetándolo con firmeza para detener sus intentos de golpearlo.

Jimin tembló visiblemente al escuchar la voz de Jungkook, y su reacción no pasó desapercibida para este. Justo antes de que Jungkook volviera a hablar, Jimin levantó la mirada, y sus ojos, lejos de mostrar alegría, reflejaban una profunda angustia. Su cuerpo estaba tenso, y una mueca de dolor o desesperación distorsionaba su rostro.

Jungkook se estremeció en su lugar, conmocionado por la transformación de Jimin. Ese no era el Park Jimin que conocía, el chico engreído y altanero que siempre había demostrado ser fuerte, seguro de sí mismo y dueño de su mundo.

Tus huellas sobre el hielo ✓ [ Parte I y II ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora