¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus ojos me observaron atenta y presencié como su pupilas se dilataron un poco, aún mirándome. Mordió su labio inferior y pasó su lengua por el mismo, provocando ligeros nervios en mí.
—¿Eres conciente de lo que estás diciendo? —murmuró, aún con burla— ¿Estás borracha?
—Uh.. No. —contesté en voz baja— Yo solo.. Ugh... Quiero hacerlo contigo.
—¿Y estarás lista para abstenerte a las consecuencias? —cuestionó en voz baja, subió su mano a mi mentón y levantó mi cabeza ligeramente para que pudiera verla.
—¿Consecuencias? —fruncí ligeramente mi ceño, mirándola.
—Te daré lo que quieres, te dejaré usarme como quieras. —mencionó, bajando su rostro al mío. Al poco tiempo sentí su respiración contra mis labios— Me detendré si eso quieres... —continuó en murmullos, pero en realidad no estaba escuchando, sentía mi cordura desvanecerse lentamente al escuchar aquel tono tosco en su suave voz.
—Ajá.. —solté en un balbuceo, entrecerrando mis ojos.
—Pero, si no me detienes, si no quieres que me detenga.. Una vez terminemos... —su rostro se acercaba cada vez más— Serás mía.
Cuando aquel último murmullo inexistente ante mis oídos salió de sus labios, rozando nuestros labios por aquel movimiento y nuestras narices por la cercanía, mi cordura se perdió por completo y fui yo quien se abalanzó contra su labios.
Quería sentir aquel sabor a cereza otra vez... No, en ese momento, quería mucho más que solo sus labios.
Sus labios no tardaron en seguir los míos, aceptando el beso, y sus brazos fueron a parar en mi cadera, enterrándolas con un poco de fuerza en mi piel. Luego de un tiempo dí un pequeño salto y enrollé mis piernas alrededor de su cintura, ella llevó sus manos a mis muslos, casi como por instinto.
Subió su mano hasta mi nuca y acercó aún más mi rostro al suyo, su cabeza se ladeó un poco e introdujo su lengua en mi cavidad bucal, intensificando el beso. Nos separamos en busca de aire y aprovechamos esos instantes para vernos directamente antes de volver a juntar nuestros labios en otro fervoroso beso.
Sus manos comenzaron a masajear mis muslos con fuerza, sacándome pequeños suspiros ahogados por aquel beso. _______ se dio la vuelta y me apoyó a mí en el escritorio, llevando sus manos a la carne interna de mis muslos. Jalé de su cabello, separando nuestros labios, y solté un jadeo ahogado en mi garganta cuando sentí que pellizcó la parte interna de mis muslos.
—Puedo detenerme ahora mismo si quieres... —murmuró, haciéndose en cuclillas frente a mí hasta quedar a la altura de mis muslos.
Besó el interior de estos y sentí mis piernas temblar por aquella acción. Entreabrí mí boca y solté otro jadeo, negando con la cabeza a sus palabras.
—¿Mhm~? —tarareó— ¿No quieres que me detenga?
—No... Yo-... —solté un chillido cuando mordió mi muslo interno con fuerza. Eso seguramente dejaría marcas de sus dientes.
—Shh. —_______ silenció, acariciando y besando aquella zona— Aún hay algunos maestros aquí, no querrás que nos descubran, ¿O sí?
Mi mente estaba tan distorsionada en ese momento por el placer que incrementaba en mi cuerpo, agrupándose en la parte baja de mi estómago. Ella dejó pequeños besos por mis muslos hasta llegar al inicio de mi ropa interior, subió un poco mi falda y observó mis bragas de encaje. Su mano subió hasta aquella zona y realizó fricción entre mi sexo y su dedo un par de veces, haciéndome gemir en voz baja.
Después de un tiempo más su mano hizo las bragas a un lado y uno de sus dedos se deslizó por mi intimidad fácilmente debido a la humedad que ya salía de esta.
—Vaya, ¿Ya estás tan mojada? —susurró, aquel tono suavemente jocoso no dejaba su voz— Así que en verdad lo disfrutas.. ¿Eh?
Su rostro se acercó a mi sexo lentamente, dejando una lamida a lo largo de mi intimidad, y sacándome otro gemido; este más alto que los anteriores. Me apresuré y cerré mis labios, cubriendo mi boca con mis manos temblorosas ante sus toques y jugueteos en mí; mis ojos se humedecieron por el esfuerzo que realizaba al silenciar aquellos sonidos. _______ lamía mis paredes y succionaba mi clítoris, también usando su pulgar para estimular aquel punto de nervios; ella en verdad sabía lo que hacía.
Estaba devorandome por completo, ella lo disfrutaba y a mí me gustaba... Me encantaba, me sentía tan extasiada en ese momento.
El placer se acumuló en aquel punto bajo de mi estomago y sentía que estaba a punto de explotar, faltaba poco y podía sentirlo. Me agarré con fuerza de los extremos del escritorio en el que estaba apoyada, sintiendo mis brazos y piernas temblar con más fuerza.
—Eso es.. —susurró contra mi sexo— Ten un orgasmos solo con mi boca, preciosa.
Y solo bastó que ella succionara mi clítoris nuevamente para hacerme ver el cielo con la llegado de mi ansiado orgamo. Cubrí mi boca con mis manos, ahogando un fuerte gemido y soltando un par de lágrimas por la satisfacción ante tal liberación de mis fluidos. Ella mantuvo mis piernas temblorosa abiertas con sus manos, aún sentía su lengua pasearse en mis paredes y eso me hacía jadear y gemir un poco entrecortado debido al reciente orgasmo.
Después de un par de segundos _______ alejó su rostro de mi intimidad y me observó aún en cuclillas.
—Buena niña. —sonrió, llevando su mano llena de mis fluidos a su boca para pasar su lengua por estos, deshaciéndose de los fluidos en sus dedos.
Solté un hondo suspiro ante esto, recostándome nuevamente contra mis brazos. Mi respiración aún era un desastre y no podía ni imaginar cómo estaría yo, con el cabello alborotado, las mejillas rojas con un par de lágrimas de placer aún resbalando por estas, los labios ligeramente rojos e hinchados. No parecía una buena vista, pero ella no apartaba su mirada de mí.
Nunca me habían hecho venir con solo un oral.. Y, debo admitir que fue una experiencia excitante, una experiencia que volvería a hacer sin duda.
—Ahora eres mía, Senju~ —comentó divertida, dejando otra fuerte mordida en el interior de mi muslo descubiertos.
