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Levanté mi mirada de la libreta frente a mí cuando sentí que la puerta de mi habitación fue abierta, sonreí automáticamente al ver a _______ entrar en la habitación con dos tazas de chocolate en manos. Ella igualmente me observó y sonrió, dejando una de las tazas de chocolate sobre la mesita de noche a un lado de mi cama, luego dejó un casto beso en mi mejilla y extendió la otra taza a mí.
—Toma, descansa un poco, linda. —dijo suavemente mientras yo tomaba el vaso entre mis manos.
El calor que la taza desprendía cubrió mis manos y solté un suspiro de satisfacción cuando este eclipsó el frío de mis manos. Le di un sorbo al chocolate mientras _______ se recostaba en el otro extremo de la cama y agarraba la taza de la mesita.
—Ya no hay leche.. Y los huevos se acabarán dentro de poco. —comentó y yo asentí distraídamente— Compraré lo que haga falta cuando vuelva, ¿Si? Tú no te preocupes demasiado, se ve que tienes suficiente estrés con eso de los exámenes finales..
—Sí.. Uhg... Me molesta el álgebra, especialmente este tema de la "desigualdad y sus variables", es complicado para mí.
—Mhm... —tarareó suavemente, y antes de que pudiera frustrarme más sentí un tacto entre mis cejas— Si frunces tanto las cejas te saldrán arrugas.
Levanté una ceja en su dirección. Ella imitó lo que al parecer era mi previa expresión y no pude evitar reír un poco.
—Aún así me querrías si tuviera arrugas.
—Es cierto, lo haría. —asintió suavemente— ¿Tú también me seguirías queriendo incluso con arrugas?
—Lo haría.
—Mh.. ¿Incluso si tuviera aún más cicatrices?
—Besaría cada una de ellas.
—¿Y si tuviera pecas o usara lentes?
—¿Crees que me importa como te veas? —reí un poco por su pregunta.
—¿Me querrías o no?
—Por supuesto que sí boba, no dudes de eso. —respondí, levantando mi mano hacia su rostro para acunar su mejilla. Ella sonrió un poco más y se inclinó hacia mi tacto.
—¿Sabes que te amo?
Sentí mi corazón detenerse por un microsegundo cuando esas palabras salieron de sus labios, mi respiración se entrecortó y mi saliva se atoró en mi garganta. Pronto el calor cubrió mis mejillas y sonreí como estúpida antes de dejar todo a un lado y lanzarmr sobre ella para salpicar su rostro de besos.
—¡Yo también te amo! —exclamé con euforia, queriendo hacerle saber lo mucho que la adoro.
_______ rió y acarició mi cabeza suavemente mientras yo dejaba un último y extenso beso sobre sus labios, sus brazos rodearon mi cintura y me mantuvieron cerca de su cuerpo mientras el beso continuaba a un ritmo lento y suave, ambas queriendo transmitir lo que sentíamos por la otra en ese momento.
—_______... —la observé una vez separamos nuestros labios, apoyando mi cabeza sobre su pecho— ¿Qué.. Te parecería venir a vivir conmigo?
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—¡Que pesado! —exclamé tomando una caja con sus cosas en brazos. _______ rió sutil por mi reacción y agarró otra caja en manos como si fuera pluma.
—Oh vamos, esa solo tiene libros.
—¿Qué clase de libros lees? —la observé de soslayo con el ceño ligeramente fruncido, ella se alzó de hombros.
—Son libros que papá me hizo leer desde mis diez años, decía que era para alcanzar un nivel académico más alto al de los demás. —contestó con desdén— Son libros bastante informativos y con el tiempo también se vuelven entretenidos, además son fáciles de comprender así que tal vez alguno te ayude con el álgebra.
—¡Por favor! —gimoteé— ¡Me salvaría la vida si así fuera!
—Si no, entonces puedo ayudarte yo. —besó mi sien mientras pasaba por mi costado y me sonrió hermosamente— Por ahora apurémonos y entremos a nuestra casa, cocinaré lo que gustes.
—¡Oh! ¡Quiero de las pastas que hiciste la otra vez! —vociforeé con entusiasmo, y mi pecho se sintió cálido cuando sus palabras cruzaron nuevamente por mi mente.
