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Besé a una chica...
Besé a una chica. Besé a una chica. Besé a una chica. Besé a una chica. Besé a una chica.
—¡Mierda! —golpeé la mesa con las palmas de mis manos, llamando la atención de mis acompañantes.
—¿Qué te pasa hoy? —escuché a Takeomi preguntar— Estás muy distraída.
—Déjala. —replicó Wakasa— Ha de ser por la resaca.
—¿Te duele algo? ¿Quieres una pastilla? —cuestionó Benkei, mirándome atento. Negué con la cabeza, volviendo a recostarme en el sillón.
—Estoy bien. —afirmé— Algo confundida... Pero bien.
—¿Confundida?
—Bueno... —me removí un poco en el sillón— Si hipotéticamente hubiera besado a una chica...
—¡¿Besaste a una chica?! —a Takeomi poco menos y se le salieron los ojos.
—Noo... ¿Cómo crees? —murmuré, desviando la mirada.
Wakasa entreabrió su boca y su paleta casi se cayó al suelo. Luego la saboreó lentamente y cruzó sus brazos.
—Sí, lo hiciste.
—¡Es hipotético! —repliqué rápidamente.
—Pues no parece.
Un repentino silencio se formó en el lugar, todos con su mirada fija en mí mientras yo observaba el techo debido a que seguía recostada en el sillón. Aquel momento pasó por mi cabeza y fue inevitable para mí no pasar mi lengua por mis labios. El recuerdo era un poco borroso, pero aún así, lo recordaba.
Entorné un poco mis ojos recordando aquel sabor en sus labios. Creo que era cereza...
—¿Fue a _______? —la voz de Takeomi me trajo de vuelta. Lo observé con los ojos bien abiertos— Sí fue a ella, ¡Mierda, Senju! ¡_______ tiene novio!
—¿Qué? —mi voz salió en un murmullo— ¡¿Y yo cómo iba a saber eso?!
—¡Por eso no puedes ir por ahí besando a cualquiera!
—¡Fue un impulso! —alegué— ¡Estaba borracha!
—¡Aún así-...!
—Ya cálmense. —Benkei nos interrumpió— Lo hecho, hecho está, no podemos hacer nada.
—Benkei tiene razón. —lo apoyó Waka— Senju dijo que fue un impulso, y la verdad, sí estaba muy borracha. Seguramente no volverá a ocurrir, y aunque ocurra de nuevo, ella ya tiene 19 años y puede tomar sus propias decisiones.
Takeomi los observó a ambos con los ojos entrecerrados antes de mirarme a mí y soltar un bufido, sacando su teléfono de su bolsillo.
—Pero aún así, esa idiota me va a escuchar. —mi hermano marcó algún número y salió de la sala, esperando a que la persona a la que llamaba le contestara.
Solté un suspiro y me recosté nuevamente en el sillón, mirando al techo.
—¿Y qué se siente besar a una chica? —fruncí mi ceño con confusión antes de observar a Wakasa, quien sonreía burlonamente.
—¿No lo sabes? Pensé que ya habías besado a una. —contraataqué entrecerrando mis ojos. Benkei a su lado abrió los ojos en plano y lo observo, reprimiendo una carcajada.
La expresión de Wakasa volvió a ser la misma aburrida de siempre antes de observar al televisor de la sala, dejando en el aire lo que yo había dicho previamente.
Cerré los ojos y suspiré nuevamente, recordando la suavidad de sus labios sobre los míos. Mordí mi labio inferior y lo solté lentamente.
