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Tiene novio...
Tiene novio... ¿Y aún así me correspondió el beso?
Mierda, en ese momento se sentía realmente mal haber hecho eso. No soy ninguna rompehogares, ¡En verdad que no! Pero...
Junté mis labios, pasando lentamente mi lengua por los mismos.
Se sintió tan bien...
Me removí entre las sabanas de mi cama y moví mis labios entre sí, queriendo sentir nuevamente aquel sabor cereza entre ellos, pero es inútil, su sabor desapareció hace un par de días.
Negué rápidamente con la cabeza, como si aquello fuera a sacar ese pensamiento de mi cabeza.
Solo fue un beso, un corto beso. Además, ella tiene novio...
¿Por qué estoy intentando convencerme..? Es decir; sí, la besé, pero eso no quería decir que fuera a enamorarme... No esa noche, y definitivamente no de ella.
Solté un hondo suspiro, estirando mi mano hacia la mesita de noche a un lado de mi cama. Tomé mi teléfono y le di un vistazo, queriendo sacarla de una maldita vez de mi cabeza.
— — —
Solté un largo bostezo, cubriendo mi boca con mi mano. Continué caminando por las calles en dirección a mi universidad que, por suerte, no estaba muy lejos de mi apartamento.
Abrí mis ojos y froté uno de ellos con mi mano. Quizá no fue buena idea quedarme viendo una serie en mi teléfono hasta tarde, solamente dormí como 3 horas..
No mucho después llegué a mi destino así que me adentré en la universidad, observando a las demás personas conversar entre ellos con entusiasmo. ¿Cómo podían estar de tan buen humor a tan temprana hora? Que alguien se apiade de mí y me diga su secreto, por favor.
Solté un bufido, caminando rápidamente entre los estudiantes para llegar a la primera clase del día: álgebra.
Que alguien me explique por qué carajo existe el álgebra y por qué me toca verlo a la primera hora del día. Además, ¿Por qué mierda mezclan los números y las letras? Eso debería ser ilegal.
¿Lo peor? Es que me toca los lunes. Maldición, odio los lunes.
Antes de procesarlo ya me encontraba frente a la puerta de la clase del maestro de álgebra. Me preparé mentalmente antes de entrar en el aula, aunque en ese momento de distracción, me pareció ver su rostro no muy lejos de mí. Sin embargo, antes de que pudiera confirmarlo, el timbre se hizo presente y al instante los pasillos se llenaron de personas caminando con apuro por los mismos, y a su vez, no dejándome confirmar si realmente era ella.
Observé el extenso pasillo por un par de minutos más, teniendo la pequeña esperanza de volver a encontrar su rostro pero fue inútil así que simplemente me alcé de hombros.
Tal vez... Fue imaginación mía...
— — —
—Eso sería todo para la clase de hoy. —culminó la maestra de Biología dejando la tiza a un lado del pizarrón.
¡Al fin! Ya se estaba tardando, profe.
Solté otro suspiro, estirando mis brazos hacia arriba y sintiendo mis articulaciones estirarse un poco.
Me levanté de la silla y comencé a guardar mis cosas en mi mochila, haciéndolo de una manera lenta ya que realmente no tenía afán de volver al apartamento. Una vez terminé, levanté la mirada y no había nadie en el salón; como es habitual cada vez que terminaba la jornada escolar. Simplemente me gustaba ser la ultima en salir de las aulas.
Sin embargo, una vez salí del salón me quedé tiesa ante la persona que pasaba por el pasillos, frente a mí.
¿Apoco no fue mi imaginación?
Y aquella persona pareció finalmente notar mi presencia.
