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Dejé de untar rímel en mis pestañas en cuanto solté un bostezo y por consiguiente cerré los ojos, al cabo de una rato el bostezo acabó así que continué maquillándome. Eran, aproximadamente, las 7:30 de la noche, pero decidí arreglarme desde ya para mi cita con _______ porque a veces suelo tardar un poco más de lo necesario y noe gustaría hacerla esperar.
Mientras untaba pintalabios en mis labios vi por el rabillo del ojo la silueta de _______, ella soltaba un bostezo mientras organizaba su cabello con su mano, era claro que acababa de levantarse de la siesta que habíamos tomado hace algunas horas. Pasó detrás mío directamente hacia el baño mientras yo continuaba arreglando mi rostro y cabello para verme bien para ella, al cabo de un rato salió con una toalla rodeando su cuerpo y cabello.
Dejé de prestar atención a la clara distracción a un lado mío y continué difuminando el rubor en sobre mis pómulos. Aproximadamente diez minutos después ella parecía totalmente lista, mientras yo aún seguía vistiendo una de sus camisas de gran tamaño y arreglaba mi cabello en el espejo frente a mí; aún así decidí hacerlo todo con calma porque, después de todo, _______ parecía bastante paciente al respecto.
Después de un tiempo largo, casi a las 8, estuve lista, así que me acerqué a ella que estaba en la sala de estar mirando su teléfono con desdén. Levantó su mirada y me observó en cuanto sintió mi presencia, su rostro se iluminó al verme y yo sonreí inevitablemente por esa reacción.
—¿Ya estás lista? —asentí y ella se levantó del sofá, dejando un beso en mi frente una vez estuvo a mi altura— De acuerdo, entonces vamos.
—¿A dónde exactamente?
—Ya lo verás.
La observé confusa mientras caminabamos hacia la puerta principal juntas, ella sonrió en mi dirección, extendiendo su brazo hacia mí para que lo agarrara y una vez lo hice ambas salimos del departamento.
— — —
Mi mirada paseaba de un lado a otro con euforia, contagiándome al instante de la sensación de emoción y nostalgia que aquella feria me brindaba. Me agarré del brazo de ______ nuevamente y la observé con los ojos abiertos por la ilusión.
—¿A dónde vamos primero?
—Mhm.. No lo se, ¿Qué tal si tú eliges?
—Bien, ¿La montaña rusa? —señalé la atracción con mi índice y la observé de vuelta. Ella hizo una ligera mueca antes de mirarme y suspirar con resignación.
—Uh.. Bien, no puedo resistirme a ti de todos modos.
Casi di un salto en mi lugar al escuchar su afirmación y, sin esperar a que dijera algo más, la jalé del brazo hacia la atracción. Afortunadamente no había mucha gente y por lo tanto la fila no era tan larga como solía serlo normalmente, tal vez ella ya lo había pensado y por eso decidió que sería mejor venir de noche.
