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¿Que era suya? ¿A qué se refería con eso?
No lo entendía. En verdad que no logré entender esas palabras, y menos aún cuando "lo nuestro" no había cambiado ni un poco. ¡Ni siquiera nos dirigiamos la palabra en la universalidad!
Ella siempre estaba con dos o tres chicas más, todas riendo y charlando entre sí. Parecía tan normal, parecía que lo que pasó en aquel salón no hubiera sido nada para ella.
Pero, ¿Qué esperaba realmente cuando una vez mencionó tener una "aventura" con el que –supuse– era su novio?
¿Que se enamorara de mí? Por favor Senju, fue algo temporal, y tampoco es como que yo me hubiera enamorado por eso. ¿Que lo disfruté y me gustó? Sí, pero hasta ahí nomás.
Pero, a pesar de todo eso, a pesar de saberlo... Me sentía molesta.
Me molestaba el no entender ese "Eres mía", aunque no sé lo que me molesta más, que me tratara como un objeto al cual posesionar o su indiferencia respecto a todo esto.
—Que estresante es esto. —llevé mis manos a mi cabello, sacudiéndolo un poco antes de dejar caer mi cabeza en el escritorio.
Actualmente estábamos en receso, pero no quería salir del salón, no tenía hambre a decir verdad así que me quedé ahí; pero no estaba sola, habían como cinco compañeros más sólo que yo no me relacionaba con ellos.
Solté un extenso suspiro mientras entrecerraba mis ojos. Quiero irme a casaaa.
Fue entonces cuando su voz llegó a mis oídos, levanté la mirada y observé a _______ caminar por los pasillos junto a una chica castaña. Ambas reían de alguna cosa que la castaña había dicho y eso solo me hizo entrecerrar aún más mis ojos, mirando con molestia a la chica que pasaba frente a mí.
Pero, al parecer mi intensa mirada llamó su atención ya que sus ojos se desviaron hasta mí.
—¡Senju! —la voz de _______ sonó en el salón a pesar de estar fuera de el. Ella sonrió ampliamente y sacudió efusivamente su mano en el aire en forma de saludo.
Cerré mis ojos y volteé mi cabeza, ignorando su saludo. Aún me sentía molesta, ahora más que antes, pero también estaba un tanto confusa y el verla no me ayudaba con ninguna de esas dos emociones.
—_______, vamos. —la voz de la castaña inundó mis oídos, seguido de un prolongado silencio y luego un par de pasos alejándose.
Esperé un poco más antes de voltear mí cabeza, y efectivamente, ella no estaba ahí.
No sé que esperaba realmente... ¿Que ella viniera? ¿Que se acercara a preguntarme por qué la ignoré?
Que estupidez.. No es como si yo le importara tanto como para que hiciera eso... Lo de la otra vez solo fue algo efímero, no entiendo porque sigo esperando algo de ella...
— — —
—¡Que ya voy! —exclamé con molestia, apurando mis zancadas para llegar a la puerta de mi departamento. Abrí la puerta con enojo— ¡Te he dicho que no toques la maldita puerta así, Takeo-...!
Detuve mi oración al verla parada frente a la puerta de mi departamento. Por un momento creí que estaba alucinando así que froté mis ojos con mis manos y volví a verla, pero ella seguía ahí. Cerré la puerta por unos segundos y volví a abrirla, pero ella seguía ahí.
De acuerdo, esto no era una alucinación...
—Uhm... ¿Me vas a dejar pasar o..?
—¿Eh? ¿Sí?
—Pero no lo dudes. —_______ soltó una pequeña carcajada, mirándome sonriente— ¿Entonces sí puedo pasar?
—Sí.. Adelante.
—Gracias y disculpa por lo imprevisto. —ella se adentró en mi departamento, sacándose los zapatos para dejarlos a un lado.
Cerré la puerta y caminé detrás de ella que observaba todo con atención y curiosidad, aunque realmente la curiosa ahí era yo.
