Capítulo 34

215 31 6
                                    

Pasaron dos años más. Taehyun seguía yendo a terapia y, de vez en cuando, Beom le acompañaba. Realmente se le veía mucho mejor. Habían noches en las que no podía dormir y se encontraba con la grata sorpresa de que Taehyun se hallaba de fiesta en la preciosa noche de Seoul. Una vez, sin saberlo, le pilló en su primera borrachera. Acostumbraban a llamarse cuando no podían dormir, así que esa noche Gyu llamó. Tae, con voz difícil de entender, pidió que cambiaran a videollamada. Escuchó como se quejaba e iba pidiendo permiso entre la gente hasta llegar a un lugar con escasa iluminación, pero mayor tranquilidad.

— Gyu. — habló, como si necesitara conseguir la atención que tenía desde hace como cinco minutos. — Creo que estoy borracho.

— Yo creo lo mismo. — sonrió al ver el puente de su nariz y los pómulos totalmente sonrojados. — Estás con tus amigos, ¿verdad? No estás solo.

— No, no. Gyu.

— ¿Qué? — esperó. Taehyun sonreía con la mirada baja y se aplastaba la mejilla con su mano libre, balbuceando y moviéndose como un niño. Respiró profundo y habló, quizás lo más claro que había dicho en toda la noche.

— Te amo. — rió y cortó. Esa noche, o día, Beomgyu no durmió hasta su tercera clase.

Taehyun en definitiva estaba mejor. Estaba viviendo su vida, recuperando el tiempo perdido y Beomgyu estaba ahí, en la florería, esperando sus visitas dos veces al mes, donde primero iban a saludar a Hueningkai y luego podían armar planes. Ir a comer a casa de Tae, ir al cine, ir a la playa...

Beomgyu en realidad estaba muy feliz de los avances de Taehyun, pero a veces, en esas noches de insomnio en que prefería no llamar, no entendía qué hacía ahí. Estaba confundido, y empezaba a sentirse triste. En algún punto entre esos años, Taehyun había dejado de ser ese chico que frecuentaba la florería. Se hicieron amigos o algo así, pero en otro punto en la línea, algo había cambiado en su corazón. Aunque el panorama siempre fuera el mismo, él amaba ir a la playa y entumirse hasta los huesos para ver el atardecer a su lado. Él amaba los platos de la señora Kang y amaba la felicidad que irradiaban todos cuando ambos llegaban, aunque siempre terminaran por hablar de Kai. Amaba ir al cine, aunque las películas nunca fueran de su agrado. Él lo amaba, pero se sentía como un ancla para Taehyun. Él era el ancla, pero Hueningkai era la cuerda que los unía, y sin Hueningkai, si no tuviera la necesidad emocional de visitarlo al menos dos veces al mes, Taehyun se iría muy lejos de él y eso dolía. Dolía mucho, pero todos dicen lo mismo.

Siempre duele amar a alguien lastimado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 21, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

erumpere ⇢ 𝒕𝒂𝒆𝒈𝒚𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora