Capítulo 14

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Pasaron dos semanas antes de que pudiera ver a Taehyun otra vez.

No se arrepentía, para nada. Sólo era que... Nada. Estaba bien.

O sea, bien bien... Tal vez un poco mal, pero aún bien.

Y después de esa visita, pasaron dos semanas más, no exactas.

Y después, pasó un mes. Y un mes más, hasta un día en el que se sentía irremediablemente triste y no entendía porqué hasta que lo vio llegar.

Todo había sido normal; había escogido amapolas irlandesas e ilusiones, envueltas tan perfectamente como sólo él lograba hacerlo y había subido por el cementerio.

No bajó hasta horas después, sonriendo para él mismo.

Y eso sólo lo entristeció más.

— ¡Taehyun! ¡Taehyun, espera!

Salió a su alcance.

Él no podía irse así.

No iba a dejarlo irse así.

— ¿No ibas a despedirte?

El rubio sonrió como si no supiera lo que Gyu sí.

— ¿Por qué tendría que despedirme?

— Porque no vas a volver, ¿verdad? — Taehyun cerró su sonrisa, manteniéndola entre sus labios sin mostrar los dientes, mirando con atención los ojitos brillantes del castaño que le impedía el paso. — ¿Vas a volver?

— Claro que voy a volver, Gyu.

— Pero no mañana, ni la próxima semana, ni el próximo mes.

El menor respiró profundo y Beom sólo esperaba a que lo contradijera.

— Es increíble que me conozcas tan bien si hemos hablado tan poco y durante tan poco tiempo. — sus dedos se movieron para tomar su mano, mas se frenó a sí mismo. Si a Beomgyu realmente le dolía todo eso, que hiciera algo más sólo agrandaría la situación. — Voy a volver, pero no sé cuándo. Tal vez ni siquiera estés aquí para cuando regrese.

Quiso reír, y lo hizo, pero se detuvo al ver que el castaño simplemente miraba hacia otra parte y se pasaba el dorso con brusquedad y rapidez bajo el ojo izquierdo.

Beomgyu no lo entendía. De todas formas era lo último que quería hacer en ese momento.

— Gyu.

— ¿Mhm? — incluso eso, tan simple y vago, le salió entrecortado. No se decidía entre reír o llorar más.

— Gracias. En serio.

Asintió en silencio y se volvió a limpiar las mejillas, moviéndose a un lado para liberarle el camino que había obstruido.

Lo vio alejarse y sintió como si dejara ir a su pollito del nido.

Tal vez sí era un poco similar. Sólo un poco.

erumpere ⇢ 𝒕𝒂𝒆𝒈𝒚𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora