Día 18: Cuncumen

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08 de agosto, 2005

Sabine sabía que llevar a sus hijas a escuelas diferentes sería difícil, pero no se imaginó que armarían un drama del tamaño de Broadway. Bridgette no le dirigía la palabra y cada vez que Tom iba a buscarla, la niña se tiraba al piso y decía: "Brid murió".

Por el lado de Marinette, no dejaba de llorar desde el viernes que se les informó que cada una iría a una escuela diferente. Veía a su hermana y la abrazaba llorando y gritando que no se la lleven.

Esa mañana de lunes, estaba siendo igual, Tom había llevado a Bridgette y Sabine había tomado a Marinette. Al llegar a la escuela, la pequeña hipeaba como si se le fuera la vida. Una maestra, la señorita Blair Carpentier, las recibió en la entrada y le aseguró a Sabine que todo estaría bien, muchos niños lloran en su primer día.

Con sus ojitos hinchados, Marinette entró a la escuela sin voltear a despedirse de su mamá, se sentía traicionada. Se dirigió a su salón de clases, como se lo indicó la Sta. Blair, y buscó la silla más lejos para evitar hablar con niños nuevos. Ella solo quería ir con Bridgette.

Para su mala fortuna, en el fondo de salón, una pequeña castaña lloraba casi tanto como ella. Marinette bufó, su lugar ya estaba tomado por otra persona. Se iba a retirar, cuando se percató que los demás lugares estaban siendo ocupados por varios niños gritones. Cruzando los brazos, se sentó junto a la castaña llorona.

-Ho...hola- saludó la niña a su lado, mostrando sus ojos olivas hinchados-. Hoy soy Lila ¿y tú?

-Marinette- contestó sin querer hacer plática.

-¿Tienes hermanos? – volvió a preguntar Lila, limpiando sus lágrimas de su bonito rostro.

La azabache hizo un puchero al recordar que su hermana no estaba ahí con ella.

-Sí, una gemela- respondió soltando un suspiro-. Eso quiere decir que somos iguales, como un espejo, pero ella se llama diferente y va a otra escuela.

-Entonces creo que yo también tengo gemelos- se quedó pensativa-. Luna y Louis, son como yo, con otro nombre y tampoco estudian aquí.

La pequeña Dupain se sorprendió de encontrar a alguien que entendiera su situación. Tal vez esa niña llorona le caería bien.

-¿Y los extrañas?- preguntó con interés-. Mi mamá dice que Brid estará en otra escuela para que no hagamos travesuras, pero ya la extraño mucho.

-No, no los extraño- contestó Lila cohibida-. Louis es malo, hace llorar a mamá y me da miedo, Luna no hace nada, pero tampoco me agrada. Siempre me meten en problemas.

Marinette pensó que eso era extraño. Aunque ella y Brid pelearan, siempre se querían, y no se tenían miedo. Iba a preguntar por qué su hermano le daba miedo, cuando la misma maestra de hacía un rato, entraba anunciando el inicio de la clase.

No había sido nada extraordinario, pensó Marinette, les enseñaron las vocales y su pronunciación con diferentes palabras, eso ya se lo había enseñado su mamá.

En el recreo, sacó los macarons que Sabine empaquetó en su mochila, pensó en compartir uno con Lila, pero la niña ya se había ido del salón. Se encogió de hombros y buscó algún sitio donde disfrutar los postres de su papá, sin ser molestada por niños gritones.

A lo lejos divisó una casita de muñecas rosa, un poco maltratada, pero lo suficientemente lejos del bullicio de los infantes. Pero sus planes se arruinaron cuando vio que ya estaba ocupada, por segunda vez en el día, le ganaban el lugar.

-Lo siento, pensé que estaba libre- dijo cerrando la puertita de la casa.

-No pasa nada, entra- dijo un pequeño niño rubio, no más grande que ella, sus ojos eran grises combinados con verde. Muy lindo.

Umbrella (Felinette Miraculous AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora