Día 4: Liberosis

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¿Cómo terminó sentada frente a Felix Agreste en una cafetería del centro de París, a pesar de haberse negado muchas veces? La Cafélothéque de Paris otorga esa falsa sensación de paz, al estar lleno de tantas plantas naturales y su cercanía al río Sena. Felix había insistido ir a un restaurante, pero Marinette se rehusó a esa idea, ella solamente quería un café Macchiato en uno de sus lugares favoritos.

Mientras esperaban a que les sirvieran sus pedidos, Felix se dedicó a buscar en Google acerca de ese libro que tan enojada la había dejado. Logró averiguar que justo en ese momento, la autora estaba escribiendo la secuela de la historia y que a través de una plataforma digital subía los capítulos uno a uno... en español. Al parecer tendría que esperar un tiempo para leer esa continuación. O tal vez podría aprender español.

-Creo que tengo que darte las gracias- empezó Marinette después de darle el primer sorbo a su café-. Llegué al planeta B612 y el viaje no se detuvo.

Felix le dedicó una sonrisa genuina.

No era nada como esas sonrisas sarcásticas que mayormente adornaban su rostro, ni las sonrisas calculadoras mientras iba ganando algún debate, mucho menos una sonrisa ensayada para los eventos sociales de su familia. Era una sonrisa que Marinette llegó a conocer hace muchos años, que pensó no volvería a ver. Sintió un nudo en el estómago.

-Me alegra que te hayan gustado- respondió Felix-. No pienses que hay un motivo oculto o que trato de conquistarte.

Marinette bufó.

-No tienes que arruinar las cosas, Agreste- rodó los ojos-. Un "de nada" era suficiente.

-No me dejaste terminar- trató de ignorarla-. El único motivo que tuve para darte esos libros fue que quise hacerlo. Cuando tuve El Principito en mis manos, algo dentro de mí quiso dártelo, sabía que lo encontrarías tan fascinante como lo hago yo cada que lo leo nuevamente. Y después de eso, no pude detenerme.

A lo que Felix se refería, era a que, en los últimos días, había comprado al menos veinte libros que pensaba irle regalando poco a poco, desde la famosa saga de Harry Potter y Los Juegos del Hambre, hasta un libro de ciencia ficción sobre el fin del mundo allá por el 2012.

-¿Entonces no es tu rara forma de pedirme matrimonio?

-Lamento romper tu corazón, pero Felix Agreste no está hecho para el matrimonio.

-¿Por qué? – preguntó con curiosidad, hasta donde ella sabía, los Agreste tenían uno de los matrimonios más envidiados, se veían felices.

-Demasiado papeleo para casarse, y aún más para divorciarse- se encogió de hombros.

-¿Me estás diciendo que no te casarías, por el papeleo?

-Sí y no- suspiró-. Siento que no tengo la suficiente responsabilidad afectiva como para hacerme cargo de los sentimientos de alguien más. ¿Qué pasa si en dos años dejo de sentirme enamorado?

-Es ridículo.

-Tal vez, pero prefiero no arriesgar para no perder. Me gusta ganar solamente.

-Ahí está- se rio Marinette.

-¿Quién?

-Felix Agreste, el pequeño hijo de puta frío que puede hacerte pedazos con una mirada – sonrió negando con la cabeza-. Brid me contó muchas veces acerca de tu lado cínico, pensé que no lo conocería.

-¿Así que preguntabas por mí? – le guiñó un ojo.

-Nunca- aseguró -. La gente habla de ti y resulta que estoy cerca para escuchar.

Umbrella (Felinette Miraculous AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora