Día 21: Umbrella

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Dedicado a @AlexandraCalderon937 por tus votos y seguir esta historia, gracias :)

08 de julio, 2006

El día que Marinette se enamoró de Felix, había llovido.

Cuatro años tenía la pequeña azabache, su enamoramiento había sido puramente infantil e inocente, pero también había sido la catarsis para una admiración que perduraría por muchos años más, hasta que sus vidas se volvieran a cruzar y un amor más maduro pudiera tomarlos a ambos.

Ese sábado soleado de julio, Felix Agreste estaba cumpliendo cinco años, había despertado desde muy temprano y saltado en la cama de sus padres, despertándolos a brincos.

-¡Es mi cumpleaños! – gritaba entre brinco y brinco - ¡Es mi cumpleaños!

-Feliz cumpleaños, pequeño príncipe- bostezó Emilie abrazando a su ya no tan bebé.

-Hey, hombrecito- lo llamó Gabriel-. El jefe también quiere un abrazo.

Felix rio y se aventó a los brazos de su padre también.

Cerca de las diez de la mañana, Felix englutía hotcakes como si la vida se le fuera en ello, Gabriel y Emilie habían colocado una vela de cumpleaños a la torre de panqués y habían cantado el feliz cumpleaños para su hijo.

Por decisión del niño rubio, su celebración de cumpleaños consistiría en pasar todo el día en Disneyland París, y con mucho esfuerzo, contando con sus ahorros, Gabriel había pagado las tres entradas para que Felix pudiera disfrutar de su cumpleaños.

Después de muchos kilómetros, decenas de fotos con botargas y muchísima comida en forma del ratón famoso, un muy cansado Felix dormía en la sillita de seguridad. El cielo estaba casi obscurecido y se dirigían a su hogar, pero Emilie recordó que la madre de Marinette, aquella amiga que Fel había hecho en el preescolar, le había dicho que le prepararía algún panecillo de cumpleaños a su hijo, por lo que le pidió a Gabriel desviarse un poco.

Al llegar a la ya conocida panadería, ambos padres bajaron, no queriendo despertar a Felix y dejando el aire acondicionado del automóvil encendido. Pocos minutos después de adentrarse en la panadería, un trueno resonó por los cielos parisinos, despertando a un rubio que, al verse solo, comenzó a desesperarse y querer desabrochar los cinturones de seguridad.

Cuando por fin se vio libre, observó a través de los cristales que la lluvia comenzaba a caer. Debería quedarse en el carro. Pero ¿y si sus papás no volvían? Debía ir a buscarlos. Pero no podía bajar con esa lluvia, por lo que buscó entre los asientos del carro hasta dar con el paraguas de su madre, era de buen tamaño y de color negro, así podría estar protegido de la lluvia mientras emprendía su búsqueda.

Nada más bajar del carro, su vista periférica captó a una Marinette sentada en el pasto del parque cruzando la acera. ¿Qué hacía Nette mojándose de lluvia? Inmediatamente olvidó su búsqueda a sus padres y se dirigió hacia su amiga. Conforme se fue acercando, pudo escucharla llorar, eran sollozos que a Felix no le gustaron. ¿Por qué estaba llorando?

Se acercó más y colocó el paraguas encima de ella, evitando que la lluvia la siguiera empapando. Marinette alzó la vista y justo cuando un relámpago rompió la calma, sus ojos azules enfocaron los grises tintados de verde.

-No llores, Nette- pidió el rubio agachándose para quedar a su altura.

Sin decir palabra, la niña extendió sus manos, donde dos mariquitas, al parecer muertas, reposaban. Hizo un puchero y volvió a llorar.

-Las estaba ayudando a volver a casa antes de la lluvia- hipeó-. Pero un niño grande vino y las pisó, se fue riendo.

Nuevamente otra ola de llanto la invadió y el corazón infantil de Felix no pudo con tan triste momento, por lo que, en un impulso, se acercó a la cara de su amiga y le proporcionó un torpe beso inocente en los labios, el primero de ambos.

Umbrella (Felinette Miraculous AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora