Los últimos días se habían sentido como caminar en las nubes, tanto para Felix como para Marinette. Si no se lograban ver por compromisos de él o responsabilidades de ella, recurrían a mensajes de texto y cada día Felix llamaría poco antes de la medianoche, hablarían al menos una hora de lo que hicieron en el día.
No se encontraban en ningún punto en específico, no tenían una relación oficial, no hacían cosas de novios, pero tenían algo. Marinette no se sentía lista para dar ese paso estando aún rota y Felix lo sabía y lo comprendía, aún si ella nunca había lo había dicho abiertamente. Simplemente iban fluyendo con el pasar de los días. A veces se tomaban de la mano si paseaban por la ciudad, otras veces, Felix le daría besos en la frente de la nada, y en un par de ocasiones no tan frecuentes, podrían compartir besos inocentes pero cargados de sentimientos.
Estaba siendo todo demasiado perfecto... tanto que el miedo podía invadir a Marinette en algún momento del día y las inseguridades volvían a salir por los poros de su piel.
El primer lunes de septiembre, ambos iniciaron un nuevo semestre. Era el inicio del tercer año para Marinette, y del cuarto y último año de Felix, en unos meses tendría su título de abogado en las manos y podría comenzar a comerse al mundo.
Había quedado con Marinette para comer después de las clases de ambos, ella le había mandado un mensaje diciéndole que quería consultar algo con él. Llegó al restaurante donde se habían citado y esperó menos de diez minutos a que ella llegara. Agitada por la carrera y chocando con un mesero intentando llegar a su mesa. Felix negó con la cabeza aguantando la risa, esa era su chica.
-Siento llegar tarde- se disculpó sentándose y tomando la carta -. Otra vez, para variar.
-Estoy acostumbrándome tanto, que hoy llegué veinte minutos después de lo acordado- rio el rubio-. Por lo que solamente esperé diez.
-Chico listo- sonrió ella y Felix le guiñó un ojo con complicidad.
-Estuve leyendo la carta- cambió de tema-. Y adivinando lo que ibas a pedir, ya ordené.
-¿Cómo te atreves?- fingió indignación-. Seguramente odiaré lo que pediste.
-Pedí calzone de pollo con salsa de quesos...
-Lo amaré, pero me ofende- aceptó riendo.
En lo que esperaban sus alimentos, intercambiaron plática respecto al regreso a la universidad y cómo habían cambiado las cosas en sus respectivas facultades en pocos meses.
Al encontrarse en su año Senior, Felix pasaría menos tiempo en la facultad, y más realizando prácticas en las diversas áreas que abarcaba su carrera, estaría unos meses en la procuraduría de justicia, otros tantos en la morgue, así como en el palacio de gobierno y un buffet de abogados de gran renombre en el país, esa pasantía la había ganado con la resolución de un caso muestra el semestre anterior.
Fue hasta que llevaban aproximadamente la mitad de sus alimentos ingeridos, cuando Marinette no se aguantó más y comenzó a contarle lo que por mensaje le había dicho. Esa mañana al llegar, había acudido a una de sus nuevas clases, se encontraba bordando un muy delicado encaje en un vestido de novia cuando la secretaria del rector pidió que acudiera a la oficina de éste, junto con 4 alumnos más.
El semestre anterior en la clase de modelado sobre maniquí, el profesor que impartía la clase les había mencionado que los mejores 5 alumnos de esa clase tendrían la oportunidad de viajar a Nueva York en el Pratt Institute, no habría un concurso, sus calificaciones hablarían por ellos.
Marinette no había sentido emoción alguna ante esa idea, fue durante uno de sus pozos depresivos, antes de abandonar la universidad por dos meses, por lo que no creyó ser considerada, pero al parecer al profesor le había parecido increíble que, a pesar de haber estado fuera dos meses, haya tenido muy buenas notas y lograra confeccionar uno de los trajes más bonitos que vio en su trayectoria como académico, tanto que el maniquí seguí con el conjunto puesto en el salón de clases que él tenía.
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Umbrella (Felinette Miraculous AU)
FanfictionAbril es el mes Felinette 👑 "Ahora que llueve más que nunca, sabes que siempre nos tendremos el uno al otro, podemos compartir este paraguas juntos." Dice un dicho que siempre habrá un arcoiris después de una tormenta, que cuando la noche está más...