Día 27: Torre Eiffel

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08 de junio, 2026

-¿Quieres empezar por el principio? – preguntó Louis aventando un poco de leña a la fogata que tenía frente a él. Marinette pudo observar que evidentemente se encontraban en algún túnel de las catacumbas, pero nada de lo que era abierto al público, ella había ido alguna vez con Bridgette y en esa zona faltaba toda la iluminación y señalamientos que el otro sector sí tenía. Lo que no faltaban eran los huesos humanos. Su estómago se contrajo.

"- Por supuesto que empezaremos por ahí, por el principio de Lila- continuó Louis-. Verás, ella llegó al mundo a mitad del año 2002, un pequeño engendro rosa, naciendo en la bella Toscana, hija única de Alena y Cesar Rossi. Desde ahí la historia no te suena, ¿cierto? Porque faltamos dos eslabones, pero Luna y yo llegamos dos años después. Primero los terapeutas pensaron que Lila se encontraba en los temibles dos, y que probablemente desarrollaría algún tipo de trastorno autista. Pero no estaban en lo correcto, desde que Lila cumplió dos años, Luna y yo llegamos, ella primero y a la semana me presenté yo. Fue muy extraño compartir un cuerpo entre tres mentes, ¿sabes? Pero era aún peor, ser el eslabón más débil de esas tres mentes. ¿Lila quería un vestido? Yo despertaba usando un ridículo vestido. ¿Luna decidía que quería uñas rosas? Yo despertaba con las uñas pintadas de rosa.

"-Pero lo peor era el rechazo- no esperó a que Marinette opinara, aunque ella no creía poder decir nada, su mente aún procesaba lo que estaba escuchando-. Lila era la favorita de Cesar, la hija que sí pidió, Luna era como algo incómodo que presenciar, pero era tan introvertida que pasaba desapercibida. En cambio yo era el demonio que nadie quería en su vida. La cantidad de veces que escuché a Cesar pedirle a la terapeuta que no importaba si no se deshacía de Luna, pero que a mí no me quería volver a ver... eso hace mella en un niño de cuatro años.

Aventó otro pedazo de leña al fuego, pero esta vez con coraje retenido en su expresión.

"-Cuando empezamos a asistir al jardín de niños, las cosas cambiaron un poco- prosiguió-. Legalmente, la única que existía era Lila, por lo que Luna y yo teníamos que mantenernos en las sombras. De hecho, tú nos ayudaste a vivir un poco en el anonimato sin preguntas incómodas. Mira que nos diste la idea de pasar como mellizos. Cada vez que alguien preguntaba por esos comportamientos extraños, era fácil decir que lo había hecho el hermano gemelo malvado. Incluso Alena nos comenzó a ver como 3 hijos distintos. Ella empezó a aceptarnos, la psiquiatra decía que poco a poco, con los medicamentos, Luna y yo desapareceríamos. Pero esos medicamentos son caros, y Cesar comenzó a apostar en los casinos, pobre diablo, creyendo que podría volverse rico. Únicamente logró endeudarse, por lo que el estúpido decidió robarle a su jefe, tu suegro. A que esa parte de la historia tampoco la sabías. Papi suegro lo descubrió, y en lugar de buscarle ayuda, lo echó a la calle como a un perro, por lo que nos quedamos sin entrada fija de dinero, ni ayuda psiquiátrica ni medicamentos, malditos de por vida a convivir los 3 en un solo cuerpo.

-¿Qué tengo que ver yo en todo eso?- preguntó por fin Marinette.

-¿Tú? – alzó una ceja-. Absolutamente nada, pero eres el camino fácil al hijo de Gabriel. Un ojo por ojo. Como me agradas, te contaré todo lo que no planeaba contarte. El inútil de Cesar se quitó la vida frente a mí y Alena, el cobarde decidió dejarnos endeudados antes de agarrarse los huevos y admitir su problema de ludopatía. Pero la culpa la tuvo Gabriel, al negarle la ayuda. Agreste sabía de nuestro pequeño problema, ¿sabías? Él era consciente de que Cesar pagaba una cuantiosa suma de dinero a la institución psiquiátrica cada mes, y sin embargo, su avaricia lo llevó a no considerarnos. Incluso cuando contrató a Lila, preguntó si su asunto se había arreglado. Cínico.

-Gabriel no podía haber sabido que tu padre se quitaría la vida- intentó defenderlo Marinette.

-Pero pudo darle otra oportunidad- repeló con enojo-. Siempre ha presumido de ser un jefe exquisito, con seguros de vida maravillosos a sus trabajadores, indemnizaciones y demás. Pero a nosotros nos dio la espalda. Por eso, decidí que lo tenía que matar.

Umbrella (Felinette Miraculous AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora