Día 9: Tristeza

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-¡Princesa!- gritó Felix observando a la chica que tenía frente a él aproximándose para atraparla entre sus brazos.

-Feliz cumpleaños para mí- celebró con la voz ahogada por estar contra su pecho-. Bueno, casi.

El rubio rompió el abrazo para observar detenidamente y volverla a abrazar con emoción.
Marinette se reía a carcajadas por la reacción de Felix, sabía que sería una sorpresa, pero no pensó que reaccionara con tanta emoción.

Le dio un beso en el pectoral y fue cuando Felix recordó su casi desnudez, por lo que, sin soltarla realmente, ingresaron al departamento de éste.

-¿Cómo? ¿Cuándo? -preguntó sin salir del asombro- ¿Por qué? ¿Eres real?

Marinette rio una vez más antes de contestar.

-Te lo dije -se encogió de hombros-. Si tú no podías ir, vendría yo. No me tomó mucho tiempo decidirlo, tú sabes que no entiendo eso de las millas, pero Chloe me ayudó, compramos el boleto y abordé un avión directo hace como ocho horas. No quería pasar un cumpleaños triste, nunca más. Y sí, soy muy real.

Eso último lo dijo mientras pellizcaba uno de los glúteos de Felix, quien dio un respingo y se soltó a reír.

-De acuerdo, sí eres real- la tomó entre sus manos y acercó su frente a la suya-. Eres simplemente magnífica… nunca dejas de sorprenderme.

La alarma de Felix comenzó a sonar, lo que indicaba la medianoche.

-Feliz cumpleaños, princesa- dijo antes de capturar sus labios y comenzar un beso lleno de anhelo y pasión.

No tan solo había sido el primero en desearle feliz cumpleaños, esa noche se encargaría de demostrarle lo feliz que estaba de verla y lo mucho que la había extrañado.

No se necesitaron más palabras, entre besos se dirigieron a la habitación de Felix, donde, después de varias horas amándose, durmieron juntos, como habían deseado cada noche, con paz y felicidad. Sus cuerpos se sincronizaban con perfecta armonía, como si haber estado separados tanto tiempo, hubiera contenido tantas emociones, que físicamente parecía un evento de fuegos artificiales.

Pocas horas después, un sonido repetitivo despertó a Felix, quien apagó la alarma de su teléfono con una mano y al estirarse, recordó que Marinette dormía junto a él.

-Buenos días y feliz cumpleaños- dijo mientras la abrazaba contra su cuerpo y colocaba un beso en su nuca.

Marinette solamente se quejó y siguió durmiendo, por lo que Felix decidió que era hora de levantarse. El cambio de horario no debería estarle cayendo tan bien a su chica.

Una hora después estaba entrando a su oficina, con un humor estupendo al saber que Marinette estaba dormida en su cama y podría dedicar el resto del día a consentirla por su cumpleaños. Le pediría a Anneke que cancelara sus pendientes después de la junta.

Su mente comenzó a planear todo, la llevaría a ese restaurante bonito por el que pasó hace un mes, y justamente pensó que a ella le gustaría.

-Anneke, ¿Está todo listo para la junta?

-Sí, Sr. Agreste- contestó la pelirroja-. El menú es el que indicó la semana pasada, y las carpetas membretadas con los contratos están en sus lugares.

El rubio asintió.

-Gracias, una cosa más- agregó- ¿Qué tengo en la agenda después de la junta?

-El Sr. Frank quiere verlo para celebrar la firma del contrato- leyó en el iPad-. Y Madame Tsurugi solicitó una videoconferencia…

Umbrella (Felinette Miraculous AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora