Capítulo 11

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La tormenta había terminado ya cuando la celebración tocó a su fin, y ante la sugerencia de Lisa de que se marchasen ya cuando apenas eran las once, Jennie sonrió y se levantó en silencio.

Lisa se había comportado de una manera maravilla durante la recepción.

Y Jennie se comportó como una princesa en todo el sentido de la palabra.

Su falta de apetito había sido el único signo externo de que algo no iba bien.

Eso, y que sus ojos reflejaban la emoción de una muñeca de porcelana. Era imposible saber qué tenía en la cabeza.

—¿Lisa no vamos a esperar a que carguen mis cajas? –le preguntó Jennie cuando su chófer arrancó el carro.

—Ya las han enviado a mi casa.

Jennie asintió y miró por la ventanilla.

Hubo muchos minutos de silencio y al final, Lisa dijo:
—¿En qué piensas, Jennie?

Jennie respiró hondo.
—Esta mañana, mi padre envió a su asistenta personal y a varias personas más de su equipo a hacer inventario de mis posesiones.

—Cuando dices posesiones, ¿A qué te refieres?

—A todo lo que me pertenecía. Ropa, joyas, libros… todo absolutamente todo. Y el momento no ha sido aleatorio, sino deliberado.

Ha elegido el momento en que me estaba preparando para la boda, y me preocupa con qué fin lo habrá hecho.

Ha sido una advertencia, de eso no me cabe duda. Una demostración de poder. No sé –reposó hacia atrás la cabeza y cerró los ojos–. Otro castigo por la situación en que he puesto a mi familia.

Lisa apretó los puños molesta por la situación.

Le irritaba que el rey permitiera que sus prejuicios influyeran tanto.

Entendía que al rey no le pareciera lo bastante buena para su hija –con su reputación, no era de extrañar– pero que la tratase de ese modo era imperdonable para ella.

A su memoria acudió cómo había tratado ella a su propia familia.

—Estoy segura de que no tienes nada de lo que preocuparte Jennie.

Por el rabillo del ojo vio su hermosa figura.

El deseo de Lisa que había pasado el día conteniendo cobró fuerza de pronto, y se sintió lanzada a la noche en que tuvo a Jennie debajo de su cuerpo, desnuda, con el latido del corazón palpitando en el pecho.

Flashback

Lisa vió todo en sus ojos y haciendo un esfuerzo, porque no quería separarse ni un centímetro de Jennie, se había movido para alcanzar un preservativo, pero ella la había agarrado por la muñeca para preguntarle:
—¿Siempre usas protección?

—Siempre.

—Si esta va a ser la única oportunidad que voy a tener de hacer el amor con alguien a quien yo desee, quiero experimentarlo todo contigo Lisa.

Quiero sentirte dentro de mí tal como estás.

Miró aquellos ojos felinos en los que cualquier persona podía perderse, y supo que Jennie hablaba en serio.

Y que Lisa quería experimentarlo todo también con Jennie, como nunca antes la había deseado.

—Por favor –le rogó Jennie en voz muy baja y sensual–. Solo esta vez Lisa.

Y así fué como la tomó sin protección.

Había hecho todo el acto despacio, y lento empleando toda su experiencia y fuerza de voluntad para retirarse a tiempo...

La Mejor Desición (Adaptación Jenlisa G!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora