Capítulo 20

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Jennie ya había recogido la casa y dejado las llaves en el buzón de la cabaña de al lado, que era la que usaba el propietario, cuando se acercó al carro.

Lisa estaba quitando la nieve recién caída, una ocupación que parecía aborrecer, cuando sonó su teléfono.

Atendió la llamada y suspiró.

—Era el piloto. Hay un problema con el motor.

—¿Tienes idea de cuánto tiempo tardará en repararlo?

—Hasta mañana no cree que lo tenga listo.

—Así que, al final, nos vamos a quedar las dos aquí una noche más.

Eso era lo que Jennie quería: Una noche más en aquel lugar en que tan cerca se había sentido de su madre.

—Nos vamos al aeropuerto. Sube al carro, por favor.

Estaba atardeciendo cuando se pusieron en marcha.

Era una imagen que a Jennie la serenaba.

—Si no lo has hecho para fastidiarme a mí, ¿Por qué has elegido este lugar para esconderte Jennie? –preguntó Lisa, tras unos diez minutos de silencio.

—Mi madre me contaba que ella venía aquí cuando era pequeña.

Decía que venir era como estar en Navidad todo los días –la miró.

Lisa conducía muy concentrada.

Aquellas carreteras de montaña estaban extremadamente bien conservadas y el carro llevaba las cadenas puestas, pero daba la impresión de que no le gustaba conducir por allí–. Pensé que, ya que mi cumpleaños se había echado a perder, intentaría capturar su magia aquí al sentirme libre.

Lisa solo la escuchaba atentamente.

—Y además pensé que mi padre nunca vendría a buscarme aquí.

A mis hermanas y a mí nunca nos dejaron ir a esquiar por si nos estrellábamos contra un árbol y echábamos a perder nuestra bonita cara, y con ello los planes que él tenía para nuestros matrimonios.

Jennie vio que se le volvían blancos los nudillos de apretar el volante a Lisa.

—¿Por qué a ti no te gusta este lugar?

Lisa no contestó.

—Parece que insinúas que me he venido hasta aquí solo para hacerte daño a ti –insistió Jennie.

La risa de Lisa sonó amarga.

—¡No puedes ser tan inocente como para pensar que me iba a gustar venir a un sitio como este!

—Lisa no tengo ni idea de lo que estás hablando.

—Tú conoces mi historia Jennie. Fui al mismo internado que tu hermana.

¿De verdad quieres que me crea que no disfrutó contándote cómo perdí a mi familia, cuando se pasó todos los años de colegio relatándome todas las avalanchas que salían en las noticias, como si morir así fuera un entretenimiento para ella?

Jennie sintió un frío atroz, como su hermana fuera capáz de hacer eso.
—¿Es así como murieron tus padres?

Lisa asintió.
—En las montañas llenas de nieve.

—No lo sabía Lisa… sabía que eras huérfana, pero…..

Negó con la cabeza, incapaz de encontrar palabras que expresasen el horror que sentía.

Rebuscó en la memoria para intentar recordar si alguna vez había oído hablar de ello, o leído alguna reseña por alguna parte, pero Lisa era muy celosa de su intimidad, y la prensa no debía de haber encontrado a nadie que quisiera hablar de ello.

La Mejor Desición (Adaptación Jenlisa G!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora