Capítulo 25

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Un peso en las piernas la hizo abrir los ojos a Jennie.

Era un peso de maravilla.

Eran las nueve de la mañana.

Se había despertado varias veces a lo largo de la noche y Lisa, como si compartieran el mismo patrón de sueño, también se había despertado junto con ella y sin palabras, sus bocas se habían buscado y a continuación sus cuerpos, hasta quedar nuevamente saciadadas.

Sonrió y le acarició la mejilla.

Estaba sentada en la cama a su lado, con un vaso de agua en la mano y el cabello todo alborotado.

Su primera noche juntas había sido muy especial.

No solo por ser su primera vez, sino porque era la primera vez que hacía algo tan completamente alejado de lo que se esperaba de ella, y el miedo de que pudiesen pillarlas había estado en el aire de la alcoba.

Pero lo de esa noche había sido distinto.

El miedo no había estado presente.

Solo el deseo y gozo de ambas.

Lisa la estaba mirando como si quisiera preguntarle algo, y Jennie le devolvió la mirada reparando en cada línea de su hermoso rostro.

Sabía lo que significaba esa pregunta.

¿Habría notado el cambio en sus sentimientos?

—¿Es ahora cuando me recuerdas que tenemos que subirnos a un avión? –preguntó Jennie.

Lisa le besó la palma de la mano y sonrió, aliviando un temor que Jennie no sabía que estaba ahí.
—¿Puedes estar lista en una hora?

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Lisa y Jennie bajaron del avión juntas de la mano y de inmediato hubo una explosión de flashes.

Las recién casadas, que se habían mantenido lejos de los focos del mundo, acababan de aparecer juntas.

Los rumores de que su unión corría peligro habían sido despejados por un comunicado no oficial del palacio y, en aquel momento, por su llegada juntas agarradas de la mano en el avión.

Mientras la gente, controlada por un estricto control de seguridad, hacía preguntas y enviaba para bienes a su princesa, Lisa comprendió por qué su padre el rey estaba tan desesperado por mantenerla siempre controlada.

Jennie era la miembro de la familia real a la que la gente amaba.

Mientras sus hermanas hacía lo que les daba la gana por el mundo utilizando excusas de las visitas oficiales –y muchas no oficiales por parte de Jisoo con destino a determinados establecimientos–, y su hermana menor pasaba de ser una cría temperamental a una mujer casada que viajaba constantemente acompañando a su pareja.

Jennie era la que siempre estaba allí para sus súbditos.

Visitaba hospicios, inauguraba fiestas, apoyaba públicamente varias organizaciones no gubernamentales, y todo ello mientras asistía a funciones y acompañaba a los dignatarios que iban de visita a su país.

La gente de su pueblo adoraba a su hermosa y amable princesa.

Sin Jennie la familia real perdería la joya de la corona.

—¿Vas a echar de menos todo esto? –preguntó Lisa cuando estaban ya en la seguridad del carro.

—¿Extrañar qué? ¿A la prensa?

—Me refiero a ser una princesa. A tener el amor de tu pueblo.

Tardó un momento en contestar.

—Nada de todo esto es real. No me quieren a mí, sino a la imagen que proyecto.

La Mejor Desición (Adaptación Jenlisa G!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora