Capítulo 14

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Jennie salió del dormitorio para ir al comedor acompañada por Mina, que le iba abriendo las puertas, y se llevó una buena sorpresa al encontrarse con Lisa allí, leyendo el periódico y con un plato vacío al lado.

Normalmente, Lisa solo se dignaba a hacerle compañía en la cena, que entretenía haciéndole preguntas sobre su salud y otras cosas sin importancia hasta que los platos quedaban vacíos y se excusaba para levantarse.

Diez días llevaba así.

—¿Has dormido bien Jennie? –se interesó Lisa, levantándose para recibirla.

—Sí, gracias.

Se acomodó en la silla que Mina separó para ella.

Le llevaron un té descafeinado, pidieron lo que querían desayunar y se quedaron solas.

—Es una sorpresa verte aquí –dijo Jennie–. A estas horas sueles estar ya en el despacho.

—Trabajaré en el vuelo.

—¿Dónde vamos a ir?

—Voy a un viaje de negocios. Hay unas tierras que quiero comprar en otra ciudad.

—¿Y puedo ir contigo?

–Es un viaje de negocios, te aburrirías.

Jennie sabía reconocer una negativa tajante, así que prefirió no insistir más, sonrió y tomó un sorbo de té, aunque por dentro estuviera renegada y muy molesta con Lisa.

—¿Cuánto tiempo vas a estar fuera de casa?

—Un par de semanas.

—¿Tanto?

—Comprar terrenos en otras ciudades no es fácil, sobre todo para las personas extranjeras.

—¿Me vas a dejar sola dos semanas? –preguntó Jennie sin poder contenerse.

—Mi personal cuidará de ti.

—Sé que lo harán, pero no me refiero a eso. ¿No crees que resultará extraño que dejes a tu esposa lejos apenas unos días después de habernos casado?

—Para quien me conozca, no.

—¿Cuándo te marchas Lisa?

—Dentro de una hora.

Estaba tan furiosa que por primera vez en su vida deseó golpear a alguien.

Y esa persona a la que deseaba golpear tenía nombre con apellido y era nada más y nada menos que Lalisa Manoban.

—¿Y tienes pensado viajar mucho en un futuro próximo?

—Después de ir al Norte, volveré unas semanas y me marcharé a Sur. Y luego…..

—¿Puedo ir contigo al Sur?

Lisa se frotó la nuca e hizo una mueca.

—Jennie, va a ser un viaje de trabajo, no de unas vacaciones.

—No te estorbaré Lisa, lo prometo, no interferiré en tus negocios.

Lisa negó con la cabeza y Jennie ya no pudo más y explotó.

Las hormonas del embarazo estaban tomando posesión de su cuerpo.

—¿Lo haces deliberadamente para humillarme? ¿Es verdad?

—Porqué piensas eso, no sé qué quieres decir.

—Apenas nos hemos casado hace pocos días y te vas a ir al otro lado del mundo sin mí.

¿Que clase de esposa eres ?
¿Qué clase de mensaje envía eso?

Y no solo para las demás personas, sino para mí.

¿Es que soy tan mala compañía que no puedes soportar estar a mi lado ni siquiera un tiempo limitado?

—Eso no es verdad Jennie, tu compañía es increíble.

—Entonces, no tienes una excusa razonable para no dejarme ir contigo al Sur o al Norte.

—No necesito tener una excusa razonable Jennie.

La respuesta es no. No necesito el inconveniente añadido de tener que vigilar a una princesa mientras trabajo.

Y, si te quedas aquí, en este apartamento, no tengo que preocuparme, sé que estarás bien cuidada y nada te hará falta.

—Lisa soy una princesa, no una niña pequeña.

—Eres mi responsabilidad, debo de protegerte a toda costa.

—Te estás inventando excusas para mantenerme lejos de ti.

¿Es que he hecho algo que te ha ofendido Lisa?
¿Es que acaso huelo mal?

Lisa la miró fijamente, y era la primera vez que lo hacía desde la noche del camisón.

Desde entonces había tenido la sensación de ser invisible para Lisa.

—Jennie, debes entender que nuestro matrimonio no es real –le dijo, frustrada.

—Eso lo has dejado ya perfectamente claro Manoban.

—Y tú sabías lo que firmabas cuando accediste a ello, tu misma me lo confirmaste.

—Entonces, dime qué puedo hacer.

No estoy acostumbrada a permanecer ociosa, sino a tener ocupaciones y entretenerme en algo.

¿Quieres que me quede aquí metida, mirando el reloj, contando los minutos que quedan para que puedas deshacerte de mí?

Lisa se levantó y salió del comedor, y por la forma en que la miró, quedó perfectamente claro que era precisamente eso lo que esperaba de ella.

Tarde o temprano encontraría como hacer que Lisa pagará lo que le estaba haciendo.

La gran Jennie Kim no se iba a quedar con los brazos cruzados, contado las manecillas del reloj minuto por minuto.

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Gracias por leer ✨

La Mejor Desición (Adaptación Jenlisa G!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora