soy un chulo

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Gavi se empezaba a dar cuenta de que no era porque estaba molesta porque Dani no le escribía. Ella no escribía en general, ni a él ni a nadie. Le gustaba más las notas de voz o las videollamadas para cosas puntuales y quedar para pasar el rato, aunque ni siquiera hablara ni una sola palabra. Se le daba bien escuchar y daba mucha confianza y comodidad. Al siguiente día de arreglar las cosas que no hacía falta arreglar, Dani estuvo ocupada con la sesión fotográfica y el chico, con sus entrenamientos. Sólo se mandaron algunas fotos, en caso de Gavi, de un Nico comiendo y en caso de Dani, de un Juanma durmiendo con la boca abierta. Un par de risas por audios y finalmente, deseos de buenas noches.

Esa tarde de viernes en realidad, Gavi fue a pasarla a la casa de Pedri y su hermano, Fer. Junto con un puñado de chavales más, jugaron al FIFA y al ping pong. No tocaron otro tema de conversación que no fueran los videojuegos o el fútbol, hasta que Fer hizo presente su conocimiento sobre la nueva chica en la vida de su hermano. No para otra cosa que molestarlo, por supuesto. Pedri sólo le había contado sobre Laura una vez y ya el mayor se había montado una película en su cabeza. Los demás, entonces, pues siguieron el tema con sus ligues o personas de interés, menos el más pequeño. Gavi no salía mucho y las chicas que conocía por internet o eran simples interesadas por la fama o eran conocidas de conocidos y era por pura obligación. Sólo pensaba en Dani después de todo, era con la única chica que se juntaba últimamente. Pero no habló sobre ella, creía no tener el derecho, ellos dos no eran nada ni nunca llegarían a serlo.

El sábado se pasó la mañana en el gimnasio y por la tarde, después de asearse, no tenía ganas de fiesta, pero sí de salir de la residencia para despejarse. Así que, sólo se le ocurría pasarse por un lugar. Casi y ya le hacían fijo cliente del motel Le Freaks. Cuando ya se encontraba allí, habiendo avisado a su amiga antes, por supuesto, llamó a la puerta. Se había arreglado más de la cuenta, no sabía por qué, normalmente iba en chándal y sudadera, pero esta vez, se puso unos vaqueros, una sudadera blanca con dibujillos y una chaqueta vaquera. A pasar calor, tal y como le gustaba, al parecer. Le abrió la puerta una cansada Yuna, con un albornoz rosa y una toalla envolviendo su cabello, tenía una mascarilla en su cara y en sus ojos, rodajas de pepino. El chico se preguntó mentalmente cómo había podido ver para abrir la puerta. Ella se giró y se fue por donde había venido, caminaba torpemente con sus inmensas zapatillas con forma de unicornio.

- La próxima vez, utiliza la llave de debajo del felpudo. Interrumpes nuestra sesión de terapia espiritual.- antes de meterse en su habitación, señaló a la cama de su compañero para que Gavi pudiera apreciar a Pau, tumbado, en el mismo plan, como una momia. Estaban quemando incienso de olores exóticos.- Está arriba, no hay nadie más en la casa.

- Gracias y que lo paséis bien.- él rió negando con su cabeza mientras subía las escaleras. En esa casa, cada cuál estaba peor de la cabeza.

No más asomar su cabeza en la habitación de su amiga, tras llamar, se encontró a una Dani en su cama, viendo alguna película en su portátil, llorando a moco suelto y tragando palomitas como una puerca.

- ¿Qué cojones?- él se acercó, mientras ella no podía decir ni hola. Se asomó a la pantalla y estaba viendo anime, al parecer. Un pulpo amarillo cabezón aparecía y también un puñado de niños. "¿Debería ser eso triste?", pensó.- ¿Estás bien? ¿Te traigo pañuelos?

- No, estoy bien. Ya me vi esta serie cuatro veces, creí que ya no me afectaría, pero es demasiado.- decía con la voz temblorosa y sorbiéndose los mocos. Dio toquecitos a su lado para que él se acostara también y así lo hizo.- Me ha sentado peor porque ya vino Andrés.

- ¿Qué Andrés?- él arrugó su cara mientras le robaba palomitas.

- El que viene cada mes.- ella le revolvió el pelo y cerraba el ordenador, calmándose. El chico tardó bastante en pillarlo.

FREAKS (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora