te arrepentirás

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Gavi la siguió y observó como le decía a un camarero que guardase su regalo en un lugar seguro. Éste asintió y ella le dedicó una sonrisa, después se volvió al sevillano. Habían sido interrumpidos, pero ambos tenían una cara de suma felicidad. Se habían abierto sobre sus sentimientos y eso ya no se lo podía quitar nadie. El chico estaba decidido en pasar la noche con ella, bailando y besándola, aunque por ahora tendría que esperar un poco más. Como ella dijo, tenían ya todo el tiempo del mundo.

- Yo voy a buscar mi copa o a pedirme otra, porque no creo que haya sobrevivido.- dijo él.

- Está bien, yo voy a ir con Juanma y nos vemos en el escenario de antes.- el asintió y ella tras darle una última mirada, se giró sobre sus pies y empezó a caminar.

- Qué culo tan bonito.- susurró para sí mismo, el futbolista, que miraba la trasera de la chica que se alejaba.

Él se dirigió a la barra, donde divisó a Eric y Ferrán. Ella, en cambio veía a su amigo de espaldas, que a la vez la buscaba con la mirada, con una copa en la mano. A Dani se le ensanchó una sonrisa, con ambas manos, le incó las uñas largas por debajo de las costillas, asustándolo y haciéndolo gritar. Tiró media copa.

- ¡Dani! ¡Cago en dios!- ella se descojonaba.- ¡No hace gracia!

- Hey, hey, perdona, estaba a huevo.- le dió palmaditas en el hombro.- ¿Qué elegante vienes, no?

- Todo el mundo viene elegante, no tengo la culpa de que seas una mamarracha.- se defendió, vestía de camisa y chaqueta, todo negro.

- Es mi cumpleaños, yo visto como quiero.- puso sus brazos en jarras, con una sonrisa fanfarrona.- Te tengo que contar algo, pero antes que nada, ¿dónde está tu chica?

- Ah... La dejé hablando con un Streamer que le gustaba mucho mientras yo te encontraba. Voy a buscarla, espera aquí.- se puso algo nervioso y sus ojos brillaron de forma extraña.

- Vale.- sonrió la chica.

Vió a Juanma marcharse y le perdió ya que había mucha gente. Las personas se paraban a felicitarla y saludarla y ella simplemente recibía con una sonrisa. Al igual que los regalos, no sabía cómo reaccionar a las felicitaciones. Le parecían tan falsas como los pésames en un funeral y le ponían de mala leche, igualmente las aguantaba porque era su fiesta y era obvio de que pasaría. Entonces, después de un ratito esperando a que su amigo volviese, sus ojos chocaron con unos oscuros en la lejanía. Laura la miraba desde lo alto de un escenario. Dani le sonrió e hizo un corazón con sus manos, pero su amiga no parecía de humor. Su cara era de culpabilidad, pena, miedo, preocupación y la cumpleañera arrugó la suya, ladeándola preguntándose qué pasaba. Lau negó con su cabeza y apartó su mirada.

- Dani, quiero presentarte... Bueno, en realidad es un reencuentro...- la voz de Juanma le hizo salir de esa confusión y se giró para mirarlo. Sus ojos azules se abrieron como platos, al pasar a mirar a quién estaba al lado de su amigo.- Es Claudia, Claudia Escobar, mi novia.

Como si hubiera visto a un fantasma, la cara de Dani palideció, empezó a temblar, sudar frío y sin parpadear ni respirar, analizó a esa chica. Sus ojos eran verdes, tan malignos como la última vez que los vió. Con era cara pequeña y larga, con facciones perfectas, pero labios finos y pintados algo mal de un rojo fuerte. Su vestido era del mismo tono rojizo, su cuerpo seguía también igual, como el de una modelo. La coleta arriba, tan distinguible desde que estaba en el colegio, recogiendo su cabello castaño claro. Ella, Claudia Escobar, una chica popular del pueblo del que venían Dani y sus amigos. Una chica popular y guapa que ahora era novia del chico popular y guapo, la pareja perfecta. Y eso a Dani le hubiera encantado y hecho muy feliz, si no estuviera el pequeño incoveniente que el nombre de la muchacha de rojo, estaba en la lista negra del grupo. Esos ojos verdes habían sido la pesadilla de Dani desde que era pequeña. Claudia la había acosado desde que tenía memoria, a ella y a su mejor amiga que se terminó suicidando por ello. Aunque después de eso, la tuvo que ver más veces por el instituto o por el pueblo, jamás había estado tan cerca ni tan expuesta así, otra vez. Y allí estaba, sonriéndole como si nada malo había pasado, agarrando de la mano a su mejor amigo.

FREAKS (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora