te quiero

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- ¿Para esto en serio me has cortado el rollo?- ella lo miraba incrédula mientras le soltaba la mano y se cruzaba de brazos.

- No me digas que no querías, te escuché hablar con Laura sobre algo parecido y teniendo en cuenta que cada vez que estamos juntos, pasa algo similar, pues yo también tenía ganas.- sonrió rascándose la nuca.

- Estaba borracha, obviamente no iba en serio... Bueno no sé. De todas formas esto es muy bonito, ¿de qué libro de romance sacaste la idea?- ella sonreía divertida.

- Recordé que en Sevilla hay muchos callejones así, que la gente no suele conocer, ya sabes, los turistas se suelen centrar más en la catedral y en los alcázares. Pero de callejear no saben mucho y joyas como esta se quedan olvidadas.- sonrió acercándose a la fuente.- Soy bastante romántico sólo con gente como tú.

- ¿Gente como yo? ¿Hay más gente como yo?- ella se acercaba también.

- Me encantaría que el mundo estuviera plagado de gente como tú, para sólo verte a ti allá donde fuera, pero sería un caos, eres un desastre.- se sentó en el pollete y tocó el agua con sus dedos, estaba templada. Ella se posicionó entre sus piernas y sostuvo su cara con ambas manos.

- Eso es casi lo más cursi que me han dicho nunca.

- ¿Casi?- arrugó su cara y ella le aplastó los mofletes para que pareciera un besugo.

- Hace nada me dijiste que me querías, ¿acaso eso no es lo más cursi?

- Tú también lo dijiste.- dijo como pudo, recordando aquello.

- Pues claro que lo hice.- ella sonreía como una tonta, fijándose en cada centímetro de su cara.

- ¿Y podrías hacerlo otra vez?- ella rió y sin pensarlo dos veces lo empujó por su pecho, haciendo que cayera al agua de espaldas.

- Eso no se pide, tiene que salir sólo, caraculo.- él salía peinándose su cabello con sus dedos.

- Creía que nunca me tirarías.- sonrió divirtiéndose y se levantó empapado con los brazos abiertos, la camiseta blanca se le pegaba al cuerpo.- Te toca.

- No, no, no. Ni se te ocurra.- ella negaba con la cabeza, intentando escapar, pero un deportista de élite siempre es mas rápido. La abrazó y levantó del suelo mientras ella reía.

- ¿No te querías duchar? ¿Ya te hiciste vieja para estas cosas? Recuerdo que te encantaba meterte en el agua, como una ranita.- entró a la fuente otra vez y la dejó caer. Las luces estaban encendidas y en el fondo celeste se veían cientos de monedas.

- Eres malo... Está congelada.- se quitaba los mechones de la cara y escupía el agua que había tragado.

- Mentirosa y la mala eres tú, ¿sin ropa interior, eh? Me vas a matar, Daniela.- se acercaba a ella, agachándose para nadar en el agua que llegaba por su pecho y mantería su mirada en la camiseta lila de la chica, que transparentaba y se pegaba a su piel, haciendo que se notasen sus pezones, duros por el cambio de temperatura.

- ¡Pablo! Dijiste que no querías nada más hoy...- ella se asustó cuando él pasó una mano por debajo de la prenda y le apretó una teta. Con el otro brazo, la abrazaba, acercándose todo lo posible.

- Y no quiero, pero era agarrarte el culo o la teta mientras te abrazaba y me decidí por esto. ¿Tan nerviosa te pongo?- sonrió.

- Eres un pedazo de hormonal y me lo traspasas, idiota. Soy mayor que tú, un poco de respeto.- él apreto el agarre, haciéndole sonrojar.

- Como digas, señora.- se separó hacia atrás, impulsándose, fluyendo por el líquido. Pero ella enseguida fue en su búsqueda.

- 愛してる (Aishiteru)- dijo ella al atraerlo por su cuello, mirando sus ojos.

FREAKS (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora