Dicen que lo primero que echan de menos los deportitas de élite cuando se retiran, es el ambiente de trabajo. Ese ambiente que tanto estrés y agobio le pueden traer a veces, es lo más icónico de su carrera. En el caso de los futbolistas, esos estadios llenos de gente cantando y gritando sus nombres, haciéndoles el centro del universo. Los focos apuntando al campo casi cegándoles y ese olor a hierba húmeda, refrescante. Lo peor era cuando ese panorama de felicidad y adrenalina era nublado por la preocupación y las luces de una ambulancia.
Pedri no se había dado cuenta de lo sucedido y casi quedó en estado de shock por un largo rato, descansaba sobre sus rodillas mientras veía el revuelo. Al parecer, Koke se había llevado un buen golpe en la cabeza, cerca de la portería del equipo suizo. El árbitro no lo pitó, pero claramente había sido pie de un defensa, el muchacho tropezó y cayó, derrapando en la hierba hasta golpearse con el palo del arco. El juego se paró y el estadio quedó en silencio. Koke caminaba como si nada, acompañado de los médicos que lo metieron en una ambulancia ya preparada para las emergencias en uno de los túneles. Los jugadores españoles quedaron algo tiesos en sus posiciones, intentando asimilarlo, algunos temblaban preocupados, tapando sus caras, agachados, rezando porque no fuera nada grave.
Luis Enrique fue el primero que salió del tumulto, recuperándose del susto, agobiado, acercándose al banquillo para soltarle la noticia al más pequeño. El estadio de La Cartuja rugió al ver a Koke con unas vendas en la cabeza, tomando agua y acercarse a los bancos también. Busquets fue a abrazarlo con una cara blanca, pero su amigo le dijo algo que le hizo reír. Al parecer Koke tenía una cabeza bien dura y aunque sólo le hubiera hecho un chichón, no continuaría jugando. Se encontraba algo mareado.
Pedri buscó con la mirada a su amigo, Gavi, que empezaba a estirar, sería quien entraría al campo por sustitución. El chico se movía, pero tenía el corazón por salirse de su boca. Había estado calmado, sabiendo que ese partido no sería su debut, ya que el propio entrenador se lo había dicho y eso lo agarró por sorpresa. Se echó el pelo hacia atrás con nerviosismo y bebió agua. Le tuvieron que avisar antes de que empezara a correr que aún llevaba puesto el peto neón, si no, no se hubiera dado cuenta. Se quitó la prenda y se encaminó a su posición con una cara ya de asco y miedo.
- Tranquilo, tío, no te estreses.- Ferrán le dió una nalgada cuando pasó por su lado y él asintió no muy seguro.
Buscó la mirada del canario al otro lado del campo, en la lejanía, el pelado le sonrió y le levantó el pulgar. Él quiso devolverle la sonrisa, pero sólo le salió una mueca extraña. Ya estaba todo sudado y no había hecho nada. Sólo empezó a centrarse y respirar hondo cuando se dió la patada de reinicio. No iba a mentirse a sí mismo, estaba cagado. Era la selección española, uno de sus sueños y había sido una sustitución un tanto precipitada. No se lo espera ni sus compañeros, ni él, ni el propio seleccionador, ni los aficionados. Esperaba no meter la pata, no defraudar, aunque sabía que con su pasión y su forma de juego, no tardarían en llegar los problemas.
Jugaba de lateral izquierdo, se movía esquivando a los jugadores suizos que le doblaban la altura. Ferrán, atrapó la pelota después de un dribleo fallido del enemigo. Gavi se encontraba lejos del arco, lejos de la pelota, lejos de Ferrán, que le pasó a Pedri. Sus miedos se convirtieron en furia y algo dentro de él empezó a arder, como solía pasar. Para muchos, el fútbol era un deporte de equipo, de confianza y química entre jugadores, tú sólo no puedes marcar un gol. Pero a veces, los más grandes entre los grandes, como Maradona o Ronaldinho, llevaban el peso de 11 hombres en sus espaldas. Ellos sólos podían ganar todo, tenerlo todo y ser los héroes. Para ser el mejor, los cuentos del juego en equipo no servían. Y Gavi siempre quiso ser el mejor. Pensaba así desde que se mudó a Barcelona, pero había sido acallado por la forma de jugar de algunos entrenadores. La llama en su alma volvió a arder gracias a Dani y al cómic de fútbol que le recomendó leer. En aquella obra que siguió leyendo por su cuenta, se expresaban todos sus ideales. Como lo que alimentaba de verdad la fuerza y el talento no era nada más que el egoísmo.
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FREAKS (Pablo Gavi)
Fanfic"Nos hemos juntado tanto que nos hemos convertido en uno. Ya no somos amigos, ni siquiera una pareja. Ahora eres uno de mi gente, eres mi familia. Y yo a mi familia no la abandono." Comienzo: 22/04/22 Final: 12/07/22