me encanta

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- どうもありがとうございます。[Domo arigato gozaimasu.]- Dani sonrió a la camarera cuando fue hasta la mesa para llevarles dos cartas con el menú.

- いえ いえ。。。[Ie, ie...]- la japonesa se quedó un poco pillada, pero también sonrió y les dejó sólos.

- ¿Qué le has dicho?- Gavi levantaba una ceja mientra abría el librito.

- Pues muchas gracias.

- ¿Una frase tan larga para dar las gracias?

- Sí, los japoneses tienen un código diferente para relacionarse con personas mayores que tú o desconocidas. Era un "gracias" más cortés.- explicó ella.

- Qué rollo, ¿no? ¿Qué te ha dicho ella?

- Se llama tener respeto, chaval, ya lo podrías tener tú conmigo, que te saco tres años. Dios, cuando lo pienso, me siento una asaltacunas, seguro que ni viviste el mundial de 2010.- se burló ella y Gavi la miró mal.- Me ha dicho que no era nada.

- Vivir sí lo hice, otra cosa es que me acuerde...- huzo un puchero.

- Buah, pues de lo que te perdiste.- a Dani se le ensanchó una sonrisa.

- ¿Qué edad tenías tú? Tampoco te puedes acordar de mucho...

- Tenía 9 y la verdad es que, tampoco me interesaba mucho el fútbol en esos momentos. Me acuerdo que estaba jugando con mis animales de plástico en el suelo de casa, hacía mucha calor y el resto de mi familia veía el partido en el sofá. No miré ni un sólo segundo a la pantalla, hasta que me cansé de las quejas de mi padre y quise enterarme de lo que pasaba. Ahí, a falta de cuatro minutos para que acabara la segunda parte del partido, vi ese gol de Iniesta que nos daba la victoria. No vi nada igual, ni siquiera sabía por qué gritaba y lloraba de la felicidad, supongo que porque todo el mundo a mi alrededor también lo hacía. Saltaban y cantaban.- recordaba la chica con una sonrisa nostálgica.- Luego salimos en el coche hacia ningún lugar en particular, sólo dar vueltas por el pueblo dando pitidos, con la bandera de España sacándola por la ventana, a acompañar a las cientos de familias que también lo hacían. Fue la única vez en mi vida que sentí lo que era formar parte de una patria, que algo como el fútbol pueda unir tanto a las personas. Normal que algunos futbolistas os sintáis como héroes, de verdad lo sois. De los mejores recuerdos de mi infancia, la verdad.

- ¿No lo quieres volver a sentir?

- Sí, la verdad, fue estar feliz porque sí, feliz porque miles de personas también lo están. Es bastante bonito.- se miraron a los ojos.

- Yo quiero lograrlo. Dijiste que me centrara en mi próxima meta y es esa, hacer feliz con mi juego. Obvio que quiero poder y ser el mejor, fortalecerme, pero no sabes lo feliz que me hace ver a la gente sonreír por lo que hago. La próxima vez que se junte la selección española, ganaremos. Volveré para ser tu héroe, te lo prometo.- le ofreció su mano y cuando ella la aceptó, entrelazaron sus dedos.

- Ya eres mi héroe, Pablito.- sonrió y los ojos grandes del chico brillaron.

- Joder, ahora cómo te pregunto qué coño es cada plato sin cagarme el momento...- él bajó su mirada al menú y ella soltó una carcajada.

- Un héroe muy bobo. ¿Qué quieres saber? ¿No habías venido aquí antes?

- Qué va, sólo he comido sushi una vez en mi vida, además, quien viene aquí es Ferrán con su novia...

- Ah... ¿Le pediste consejo?- sonrió divertida.

- Sí... Algo así...- susurró tímido.

- ¡Oh, qué mono!- se estiró para pellizcarle la mejilla.

FREAKS (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora