el último verano

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- ¿Por qué no me dijiste la edad exacta de tu hermana?- Dani le susurraba al chico mientras caminaban.

Veían a la familia de Gavi al final de la calle, en un cruce, saludando con la mano, sonrientes. La pareja había almorzado junta y antes de coger el avión, el muchacho quería ver a los suyos, así que, la convenció para que lo acompañase a dar un paseo con ellos y ya se despedirían en el aeropuerto. Así que, allí estaban, por las afueras de éste, que había un centro comercial. Dani se había arreglado un poco, tuvo que pasarse por su hotel y quitarse esa cara de resacosa. Llevaba un vestido corto y veraniego blanco y unas sandalias cualesquiera, con su pelo suelto como siempre y algo de maquillaje. Le soltó la mano al chico cuando reconoció a su hermana en la lejanía y éste la miró mal, llevaban todo el camino agarrados de la mano.

- Creí que ya lo sabías, ¿qué edad creías que tenía?- sonrió gracioso.

- No sé, en la llamada y en las fotos parecía mucho más mayor y como mi hermana se saca más de diez años, pues pensé que unos cuantos más que yo, tendría. No que era menor... Hasta su forma de hablar me parecía de alguien más viejo.- el chico soltó una carcajada.

- Es por la edad mental, que tú no tienes mucha, cualquiera te gana.- ella lo miró mal.- De todas formas, no le digas vieja a la cara o te coge manía.

- ¿Estás tonto? ¿Cómo se lo voy a decir a la cara? Espero que no le digas nada.- él le miró de reojo, sonriendo.- Gavira...

- Vale, no le digo nada. Odio cuando te enfadas y me llamas con mi apellido completo.

- Es que tienes más nombres que un puto conde, macho.

- El verdadero es que gritabas ayer en la noche.- ella le pegó en las costillas y él se alejó corriendo y riendo, con las manos en sus bolsillos.

- Tú y mi abuela os llevaríais de puta madre...- susurró, rodando los ojos.

- ¡Enano! ¡Qué bien jugaste ayer!- él abrazó a su hermana, mientras la pelinegra llegaba.

- Yo también me alegro de verte, marrana.- bromeó él.

- Te vi hace dos semanas, no te he echado tanto de menos.- se encogió de hombros y su vista pasó a la chica que le sacaba una cabeza, como su hermano.- ¿Daniela?

- Sí soy, llámame Dani.- la chica, acostumbrada a dar la mano, se quedó pillada cuando Aurora la abrazó y dio varios besos.- Joder, parece que no he salío' de una cueva por años.

Ese autoreflexión hizo reír al grupo y la señora mas mayor después de besuquear a su hijo, tambien abrazó a la muchacha.

- ¡Qué alta eres! Casi más que Pablo.- se metió con su hijo.

- Es que come mucho.- Gavi recordó como se metió en el cuerpo una pizza familiar en menos de cinco minutos.

- Pues tú comes mejor.- ella le sonrió, refiriéndose indirectamente a cuando le practicó sexo oral hacía menos de 24 horas. Éste lo pilló en seguida y se empezó a poner rojo.

- Bueno, bueno, ¿pero vosotros dos estáis juntos o qué?- el padre quería detalles, llevaba perdido un buen rato.

- No, no, sólo amigos.- asintió Gavi y Dani no fue la única que arrugó su cara con confusión. Cuando el chico se dió cuenta de lo que dijo, abrió sus ojos.- ¡Hostia! ¡Lo siento, Dani! ¡La costumbre! Sí, estamos juntos... ¿No? ¿Estamos juntos? ¿Lo estamos?

La cara del chico era un tomate y su cuerpo un flan. Todo el mundo empezó a descojonarse en su cara, Dani la primera. Luego ella agarró su cara y le dejo un beso en la mejilla, calmándolo.

FREAKS (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora