Todas las culturas del mundo, tanto occidentales como orientales tienen una idea o postura sobre el destino. Incluso religiosa. Hay quienes siguen la idea de sus ancestros de no buscar el amor genuino y conformarse con lo que aparece. Hay variedad de pensamientos sobre el tema y cada uno a su manera tiene su validez. Por lo mismo, nadie creería que su destino se cumpliría subiendo al transporte público. Mucho menos al de la cuidad de Buenos Aires. Una de las ciudades del cono sur más atestada y estresante en cuanto al tráfico.
Muchos de nosotros nos subimos diariamente a los transportes para dirigirnos a realizar actividades cotidianas. Ir al trabajo, al colegio con los niños, a pasear, quizás a conocer lugares si tenemos la oportunidad de hacer un viaje, etc. Elizabeth Llane no pensó que sus apuros de cada mañana le marcarían tanto su destino. Ella era una joven profesional, satisfecha con su vida hasta ese momento, salvo por algo que le faltaba y no estaba dispuesta a declarar qué era. Un joven profesional, un colega, aparecerá a mostrarle que aun en el día que peor se perfila puedes tener esperanzas y porque no decirlo, satisfacciones deliciosas. Una seducción o un flirteo leve a partir de un aroma peculiar puede llevarte a caminos insospechados. La rebeldía que aun Elizabeth tiene le hace caer en las garras de una tentadora visión masculina llamada Kerem Déniz. Ambos con cargas del pasado y sin quererlo en la búsqueda de la armonía individual. Un viejo adagio dice que la horma de tu zapato es aquella persona que pueda ponerse en tu lugar y entender tu propio mundo. Me inclino a pensar que tiene un poco de razón.
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Mi nuevo socio. Una deliciosa tentación turca.
ChickLitElizabeth Llane, una empresaria porteña, literalmente se choca en el subterráneo de Buenos Aires a un hombre que hará cambiar su vida. Un joven turco, con sus ojos celestes despertarán la pasión que le faltaba en su rutina diaria. Esta historia est...