Familia

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Gulf estaba sentado sobre la cama pasando las hojas del último libro de una de sus sagas favoritas: Harry Potter, mientras a su boca llevaba los trocitos de fruta que el abogado había llevado para él

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Gulf estaba sentado sobre la cama pasando las hojas del último libro de una de sus sagas favoritas: Harry Potter, mientras a su boca llevaba los trocitos de fruta que el abogado había llevado para él.

Intentó poner más emoción al párrafo donde Harry se sumergia en el pensadero para ver los recuerdos de Snape, pero era inútil así que puso un separador antes de cerrar el libro definitivamente y dejarlo aún lado sobre la cama.

Moria por poder salir de esas cuatro paredes, poder cocinar para él mismo o tan siquiera dar una vuelta por el jardín. En realidad no habían pasado muchos días desde que había llegado Mew de su viaje, y ese día lo recordaba perfectamente, la actitud agresiva de su esposo, la ventana explotar frente a su cara y todo la carga emocional.

Paso sus dedos por sus mejillas sintiendo las líneas irregulares que se estaban formando donde quedarían las cicatrices causadas por los cristales.

Suspiró, sabia que era tonto llorar por algo tan superficial como eso, pero al mismo tiempo su cabeza se llenaba de inseguridades y miedos.

Su familia dependía de él, no podía fallarles, debía ser fuerte y demostrarles que podía contra cualquier obstáculo aún si por dentro se derrumbara.

Una de sus mayores preocupaciones entró por la puerta, cargado de folders, lapiceros, con su teléfono entre su hombro y cuello mientras atendía una llamada.

-No importan sus argumentos, perder la tutela de los menores no está en nuestras posibilidades- Lo escuchó discutir al teléfono, mientras sobaba el puente de su nariz, se había sentado en la pequeña mesa del rincón mientras tomaba su segunda taza de café, durante toda la mañana había permanecido juntos, intercambiaron palabras e incluso el ambiente tenso se había ido desde que habían empezado de nuevo- No me importa tu juicio moral, los niños se quedan con nuestro cliente porque él puede darles lo que necesitan y porque si pierdes este maldito caso estas fuera.

Sus cejas se fruncieron inevitablemente al escuchar la conversación, ¿Sería Mew capaz de alejar a unos niños de su familia solo por ganar un juicio?, estaba al tanto de la reputación del abogado, no sólo hablaban de los millones que poseía, de las empresas que manejaba, y de su increible eficiencia en el trabajo que desarrollaba.

Era bien sabido que Mew Suppasit no perdía casos, no le importaba contra quien fueran, si estaba defendiendo a una persona mala, o si su cliente sólo quería lastimar a la contraparte, Mew se aseguraba de ganar a como de lugar.

-Informáme cómo avanza todo- Dijo antes de colgar, frotó su cara cansado de tantas llamadas telefónicas que solo significaban problemas, las cosas con el bufete no iban del todo bien al no estar presente para coordinar a sus empleados, tenía a Daw intentando hablar con él, pero lo ignoraba pues sabía perfectamente que lo único que quería el hermano de Gulf era más dinero para pagar sus deudas de juego o simplemente quería reclamarle por haber cancelado los depósitos que le daría a la madre Kanawut.

Matrimonio ArregladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora