Mew Suppasit solo quiere vengarse del Gulf adolescente que rompió su corazón en el pasado y siendo una de las personas más ricas de Tailandia usaría un poco de su poder y dinero para devolverle a aquel chico todo el sufrimiento que le causó.
Gulf Ka...
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Los días pasaban corriendo uno tras otro, sin detenerse ni darles tiempo para desperdiciarlos del todo. El aire soplaba fresco, las aves cantaban y el sol se mantenía majestuoso sobre sus cabezas.
La casa que al inicio era temporal, se volvió el hogar de las cinco personas que ahora conformaban la familia Suppasit-Metawin-Vachirawit y también la guarida del montón de niños adultos que tenía que perseguir Gun con su ahora vientre de cinco meses.
Con una soda en la mano, sentado sobre el borde de la alberca veía a sus hombres interactuar alegres entre bromas. Era un domingo al medio día y todos estaban en su casa llendo de aquí para allá
–¡No tienes que apretar mi mano tan fuerte! –Mew se quejó, estaba a media alberca en un fabuloso bañador que a Gulf le encantaba, de la mano sujetaba Bright quien aún con la ayuda que el agua le proporcionaba le costaba mantener la postura recta y luchaba por mantenerse a flote con uno de sus brazos puesto que no podía mover más que la punta de los dedos.
–Déjalo, necesita apoyarse de algo –Se quejó Win a unos metros de ambos con los brazos estirados, según la fisioterapeuta nadar le ayudaría a recuperar la movilidad de las piernas, mejoraría su circulación y le relajaría, por lo que toda la familia estaba reunida en el patio.
–Si pero no va a romperme los dedos por eso –Bufó el abogado, escuchando la risa de Bright segundos más tarde.
–Eres una nenita Mew, Win no se quejó en ningún momento.
–Claro que no, si no fuera porque le dio un calambre seguiría pegado a ti. –Todos sonrieron ante los celos protectores del abogado, pues la única verdad era que Mew se había ofrecido a sostener a Bright después de verlos muy pegados y sonrientes.
–Si estas cansado debería pedirle ayuda a alguien más –Dijo Bright soltando su sonrisa matadora miró alrededor, hasta toparse con Gulf quien les veía feliz, moviendo las piernas dentro del agua –¿Gulf me das una mano?.
–Claro que si –Dijo antes de dejarse caer al fondo de la alberca aún con su playera puesta nadando hasta donde estaban.
–Oh no, ni lo sueñes –Mew lo Soltó completamente haciéndolo perder toda estabilidad y hundirse en el agua.
–¡Mew! –Tanto Win como Gulf le regañaron, pero el abogado siguió su camino hasta su esposo, estaba seguro de que su hermano llegaría hasta el mayor con rapidez y no había posibilidad alguna de que éste se ahogara, por lo que el se concentro en llegar al chef, envolviendo lo entre sus brazos. Estaban en uno de los niveles bajos de la alberca, permitiendales estar de pie sin que el agua llegara a sus narices.
–¿Estas cansado? –Preguntó el abogado cuando sintió la cabeza de su esposo recargarse en su hombro, sintió como él chico movió la cabeza de manera afirmativa.
–No he nadado tanto pero aun asi me siento agotado.
–Esta semana ha sido cansada, todos los días has ido a entrevistas de trabajo. –El mayor de ambos lo abrazo, dando caricias a su mojado cabello para después abrazarlo con fuerza y cargar todo su peso, dándole la oportunidad de solo aferrarse como un koala.
