Cambios

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Win comenzó a despertarse apenas su alarma dio los primeros timbres

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Win comenzó a despertarse apenas su alarma dio los primeros timbres. Rascó sus ojos con pereza pero después de un tiempo recobró los sentidos y con un gran bostezo lleno de aire sus pulmones, haciendo también que su cerebro se pusiera en
marcha.

Su rutina había cambiado, su vida ya no era la misma y aunque le había costado acostumbrarse, se sentía feliz de poder hacerse cargo de ayudar a la persona que quería. Por ello, se puso de pie con optimismo, mirando su reloj en la pared para calcular el tiempo que tenía para preparar el desayuno antes de que Bright despertara para tomar sus medicamentos.

Se encargo de asearse rápidamente, lavando su rostro y dientes con diligencia antes de salir de la habitación con su teléfono en mano.

La casa estaba silenciosa, pero no le causaba angustia, más en su lugar la sensación de calidez le cubría a cada segundo cuando a su mente llegaban los recuerdos de las risas, alegrías y escándalos que había presenciado entre esas paredes.

Mientras preparaba avena en una olla pequeña, se permitió sonreír, queriendo que su madre supiera que ahora sus hijos estaban tranquilos, y nada les alejaba del objetivo de ser felices.

—Buenos días —A su espalda escuchó, dio la vuelta para ver a Mew aún en pijama y con el cabello despeinado apuntando en todas direcciones, sonrió al verle en la cara la marca de la almohada. El castaño se acercó hasta el, rodeando la isleta de la
cocina para saludarlo dejando un beso en su mejilla.

—Buenos días, ¿Como estas hoy? —El menor preguntó, siguiendo con su tarea, tomó una bandeja de desayuno donde puso dos tazones que había llenado previamente con avena. Gulf le había
enseñado a preparar diferentes desayunos ligeros para Bright, la paralísis no sólo era un problema motriz, también venía con un montón de problemas de todo tipo. Razón por la que incluso la
dieta de su mayor había sido cambiada drásticamente.

—Bien —Respondió moviéndose por su costado, robando a su paso una de las fresas que Win había sacado para cortar, no se quejo pues dicha fruta no era de su agrado y mientras menos hubiera era mejor para él —creo que ahora entiendo porque te
gusta dormir con Bright, estar al lado de la persona que quieres es relajante.

—Estás enamorado.

—Hasta los huesos —Aceptó el abogado con simpleza, ya no era un secreto y después de haberse confesado a su esposo, ya era muy natural para el aceptar que amaba a su chico.

Los días habían volado, convirtiéndose vagos recuerdos que les otorgaban identidad.

Todos ellos habían cambiado, lo dedujo después de seguir a su hermano por el pasillo, casi tres meses habían pasado desde la muerte de Tul y Trump. Las secuelas de sus existencias seguían ahí, pero ahora sería más fácil seguir adelante, porque eran una familia que se sostendría en los momentos oscuros.

Se permitió relajarse, recargandose en el marco de la puerta admirando los movimientos de Win alrededor de la cama, preparando los medicamentos y colocándolos en orden en la charola de desayuno que había puesto sobre el buro. Su pequeño princeso estaba más grande, más atractivo y más adulto.

Matrimonio ArregladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora