Amor

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Sonrió con los ojos cerrados aún, deleitandose con las caricias que recibía en el cabello, no recordaba cuando había sido la última vez que se sentía tan a gusto con otra persona que no fuera parte de su familia, pero si sabía que él chico había s...

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Sonrió con los ojos cerrados aún, deleitandose con las caricias que recibía en el cabello, no recordaba cuando había sido la última vez que se sentía tan a gusto con otra persona que no fuera parte de su familia, pero si sabía que él chico había sobrepasado todas las expectativas que en su mente se imaginó.

Gulf era más que un sueño, era el estándar de perfección que su alma idolatraba, no tenía palabras suficientes para expresar lo mucho que le gustaba y todo lo que el pelinegro causaba en el. Sus manos con anterioridad habían recorrido otros cuerpos, sus labios besado otras bocas y sin embargo, todas las personas con las que había compartido caricias no le llegaban ni a los talones al chef.

Mew estaba recostado, usando la pierna buena de su esposo como la más cómoda almohada, era media tarde por lo que no tenían sueño suficiente para dormir pero tampoco ganas de salir de la cama, solo querían permanecer juntos algunas horas más antes de hacer algunas llamadas para explicar a sus amigos los cambios recientes.

Abrió los ojos con una sonrisa, su madre Nuk se burlaría de él si estuviera viva, después de tantas veces donde repitió que jamás se enamoraría estaba ahí, sintiendo que su corazón se derretía viendo el bonito rostro mirarlo con cariño.

Tenía un montón de cosas de las cuales ocuparse, su hermano, Bright, la empresa y el bufete, pero en ese momento nada podía ocupar sus pensamientos.

-Puedes dormir, no te preocupes por mi- Gulf dijo con una sonrisa sincera, metiendo su mano entre las hebras de cabello castaño con delicadeza. La otra fue tomada con suavidad por el abogado quien luego de poner un beso en ella, unió sus dedos. Repartiendo caricias suaves.

-¿Y desperdiciar éste momento?- Negó- me queda toda una vida para dormir.

-Tenemos también toda una vida para darnos cariño.

-Para mí nunca será suficiente, podría pasar el resto de mis dias así, contigo- El mayor se giró para abrazar la cintura delgada del pequeño, haciéndolo reír por las cosquillas que su respiración causaban sobre la piel ajena.

-Nuestra vida sería tan sedentaria que comenzariamos a subir de peso.- Bromeó.

-No me importa, es un precio justo.

-Y saldremos en kilos mortales en algunos años.

-¿Te lo imaginas?, Tú y yo, rodando por el mundo.

-Tonto- Aprovechando su posición superior, Gulf le dio un golpe juguetón en el brazo.

-¿Debería demandarte por maltrato intrafamiliar?- Rio viendo cómo Gulf giraba los ojos divertido.

-Adelante, pero vas a extrañarme.- Siguió el juego mirando sus uñas con finjida superioridad.

-Demasiado, mejor te castigo yo mismo- -Soltó, tomando desapercibido al menor quien apenas abrió los ojos con sorpresa cuando rápidamente Mew se reincorporo, sentándose y comenzando a hacerle cosquillas.

Ahí estaba, Mew consideraba música para sus oídos la forma en la que Gulf reía, como su rostro adquiría esa sonrisa enorme en donde podía ver claramente algunos de sus dientes.

-¡No!, ¡es.. esperal- Trato de apartar las manos de su cuerpo, pero apenas podía contener la risa para hablar correctamente, sus ojos habían comenzado a lagrimear y aunque intentaba apartarlo el mayor era más perseverante.- ¡Mew!.

No pasó mucho tiempo hasta que ambos reían con alegria, jugando como no lo habían hecho y sintiendo como la confianza entre ambos aumentaba a pasos agigantados.

Ya no eran extraños, ni conocidos, eran una pareja que se quería con devoción.

Entre el movimiento, Mew se detuvo pensando en que hacer, una pelea de cosquillas no era la mejor opción, Gulf podia lastimarse, no lo consideraba débil pero tampoco quería tentar a la suerte. En su lugar detuvo sus movimientos, riendo al escuchar sus respiraciones aceleradas.

El menor sintió el típico cosquilleo que le abordaba cada que su mirada se encontraba con la del castaños, admiró como siempre lo apuesto que era y antes de que pudiera decir algo más, su boca fue reclamada con anhelo.

Pero no le importó en lo absoluto, se dejó hacer y moldeo sus labios con los del abogado.

Había disfrutado cada caricia anterior, y su cuerpo quemaba de ansias cada vez que sus cuerpos se tocaban. Lo único que los cubría era la sabana blanca que se pegaba sus pieles, demandante jaló la nuca de Mew para tomar más de él, sus labios moviéndose de un lado a otro mientras los chasquidos hablaban por ellos. Sus manos no se mantuvieron quietas, como si de un imán se tratará sus cuerpos ardian y pedían más contacto.

—¡Mew!-Gimió contra su boca cuando fue empujado sobre la cama, y el mayor se colocó entre sus piernas para mayor comodidad.

Su cuerpo fue besado, apretado y acariciado, haciéndolo disfrutar de cada segundo en el que ambos se poseían de manera tan íntima.

Cuando su deseo se prolongó y les fue un castigo estar separados, fue pentrado lentamente con facilidad gracias a lo bien que le habia preparado el mayor y los restos de semen que aún se encontraban en su interior. Le encantaba la sensación y no pudo evitar aferrar ambas piernas en la cintura del abogado, mientras este se hundía profundamente de manera lenta y deliciosa.

-¿Pue..des sentirlo?- Mew gimió en su oído, erizando por completo su piel ante el aliento caliente. Estaba a punto de preguntar a qué se refería exactamente cuando el ritmo de las embestidas aumentaron haciéndolo bloquear su mente ante el placer que se alojó en el- Lo mucho que amo estar contigo.

Como respuesta solo pudo sujetar su cabello con fuerza, para besarlo intensamente.

Estaban seguros que era como estar en un sueño, la forma en la que tal vez no se conocían con exactitud, pero encajaban cómo si estuvieran unidos desde vidas pasadas,

Estaba verdaderamente en casa, con la persona que hacía su corazón latir, el único que le daba la seguridad necesaria y quien le quería aun con todos sus defectos. Durante años había estado por su cuenta, teniendo una vida vacía y llena de inseguridades, sin saber cómo sentirse parte de su propia familia, como sentirse bien con él mismo. Había mucho camino por recorrer pero Mew le había ayudado a dar los primeros pasos.

Esa era la primera vez que se sentía tan completo y amado. Solo con ese dulce sentimiento en la boca, abrazo con fuerza la espalda de su esposo, sintiendo como él bajaba el ritmo de sus movimientos para acomodarse mejor y mirarlo a los ojos antes de besar su frente.

 Solo con ese dulce sentimiento en la boca, abrazo con fuerza la espalda de su esposo, sintiendo como él bajaba el ritmo de sus movimientos para acomodarse mejor y mirarlo a los ojos antes de besar su frente

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Lo siento, había tardado tanto en actualizar.

Primero me volví a enfermar de covid, además de las tareas que tengo, ya estoy en los últimos día para terminar el semestre en la universidad y luego como si fuera poco, hoy comencé con dolor de muela y no se me quiere calmar ni con pastillas 😣

Matrimonio ArregladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora