Especial Cuatro: El Dragón y tres Princesos (Ft. Alexander el caballero)

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Estaba intentando no moverse, el dragon daba vueltas al rededor del fuerte, y su única opción era tomar su espada con fuerza y demostrar que era un valiente caballero

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Estaba intentando no moverse, el dragon daba vueltas al rededor del fuerte, y su única opción era tomar su espada con fuerza y demostrar que era un valiente caballero.

Timido pero feroz, digno de proteger a los dos princesos que estaban a su cuidado.

Sintió el suelo moverse a causa de los pasos del dragon, contuvo la respiración un momento hasta que estuvo seguro de que éste se había alejado lo suficientemente para que no pudiera observarlo moverse dentro del fuerte.

—Si me ayudas podremos derrotar al dragón —Susurró en el oído de su hermano mayor, sintiéndose todo un grande por poder pronunciar bien las palabras, más tarde le daría muchos besos
en la mejilla a su papi Gulf por ayudarlo a practicar.

—No, yo soy un Princeso y debo esperar en mi catillo hasta que me rescaten —Miró con el ceñito fruncido a James cuando escucho su respuesta, el pequeño rubio dejó de prestarle atención y continuó con la importante tarea de pintar un regalo para su tío Win, pues era su cumpleaños y quería darle el mejor regalo.

Alexander el caballero lo dejó ser, mientras buscaba otra opción, el tiempo se terminaba y el tenía que encontrar a su Papá Mew y rescatarlo de calabozo en donde era custodiado por los secuaces
del mal.

Tenía que salir del fuerte sin ser visto, y para eso necesitaba una distracción para que el dragón no pudiera atraparlo.

Miró a su alrededor, imaginando los sillones y cojines que habían usado para crear su guarida como las paredes de una fortaleza. El dragón estaba sentado a unos metros obstruyendole la puerta. De pronto sintió como algo mojado tocaba su mejilla y aunque se había asustado, manejó su impresión bastante bien gracias a su valentía y giro para toparse con su primo, Natt se sostenía apenas en sus pies riendo y balbuceando mientras intentaba tocar su mejilla con su manita llena de baba en la cual tenía su peluche favorito. Uno que a Alexander le recordaba a su tío.

Entonces una idea llegó a su cabecilla.

—Natt, debes distraer al dragon. —Dijo bajito, el bebé lo observó curioso, a sus dos añitos podía entender ciertas cosas pero sin duda ponía su empeño en hacerlo —Tienes que llorar.

El pequeño Natt solo se carcajeo por las palabras de su primo sin entender mucho, pero riendo por las caras que hacía al murmurar.

Alexander sintió que su corazón se ponía triste, el solo quería ir con su papá Mew. James dejó de jugar y le miró, frunciendo el ceño, decidiendo ayudar a su mellizo.

—Tío Bright es feo, ¡FEO!.

—ÑO! —El efecto fue rápido, el bebé Natt había lanzado el peluche a la cara de James, dándole en el ojo como castigo por decirle feo a su papá, su llanto no se hizo esperar y berreo soltando gruesas lágrimas.

Alexander se escondió tras el sillón, cuando el dragon se acercó. Sabía que no le haría nada a Natt pues él era un princeso y los dragones cuidaban a los princesos.

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