¿Una vida normal?

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Agregó un poco de pimienta a su preparación, solo la suficiente para que los sabores pudieran resaltar

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Agregó un poco de pimienta a su preparación, solo la suficiente para que los sabores pudieran resaltar. Uno a uno fue sacando los filetes de pescado que había marinado desde minutos antes en la salsa de mostaza y los coloco sobre la charola acomodandolos con paciencia.

Sus pies parecían danzar elegantemente a medida que tomaba más especias a lo largo de la cocina. El aroma que había no era posible de superar y amaba la sensación de hacer lo que mas le gustaba, sin duda cocinar era parte de su vida.

Con delicadeza cerró la puerta del horno sintiendo el calor quemar un poco la piel de su mano que el guante no alcanzaba a cubrir. Sonrió apenas miró a su alrededor. El arroz integral estaría listo en poco tiempo y lo único que le faltaba era hacer la ensalada para finalizar.

Se deslizó con gracia hasta el refrigerador, tomó la caja plástica que contenían las hojas de espinacas y también las fresas llevándolo todo a al fregadero. Su mañana era ajetreada, apenas el despertador sonó se puso de pie con más energía que de costumbre y aunque había despertado sólo, eso no lo desanimaba en lo absoluto y por el contrario, después de asearse y vestirse casual se puso en marcha hasta el centro comercial para comprar por su cuenta todos los ingredientes que necesitaba.

Mientras cortaba con agilidad las verduras no pudo evitar recordar sus días en Francia, su trabajo y la manera en la que se desenvolvió en la cocina del famoso restaurante en donde trabajaba, el mismo en el que había aprendido muchas cosas. Si bien su matrimonio no fue planeado y no había empezado de la mejor manera, todo se mantenía en el pasado.

Escuchó las pisadas que entraban por la casa, pero no quitó la mano del cuchillo y los trozos de fresas comenzaron a amontonarse.

¿Era normal sentirse nervioso por ver a su esposo?.

El par de manos se situaron con delicadeza en su cintura y Mew reposo la barbilla en su hombro antes de besar su mejilla con dulzura.

–Buenos días cariño –Dijo antes de abrazarlo impidiendo que siguiera con su tarea.

–Buenas tardes –sonrió soltando el cuchillo por seguridad, lo último que le apetecía era cortarse de nuevo –La comida está casi lista, ¿dónde están los chicos?.

Escuchó el suspiro brotar de su marido y se dio la vuelta para mirarlo a los ojos, teniendo que inclinar solo un poco la cabeza para mirar su rostro

–Están afuera, pensé que darles un momento de privacidad sería bueno, todo esto es nuevo para ambos.

–Hiciste bien. Ellos se necesitan.

–Y yo te necesito a ti –Mew dijo alegre antes de robarle un casto beso que lo dejó congelado por un momento hasta que pudo seguirle.

–Vamos a recibirlos, tal vez necesiten ayuda- Gulf Limpió sus manos antes de quitarse el delantal colocándolo sobre la isleta de la cocina. Todo estaba en orden por lo cual podía ir a ayudar sin problema alguno.

Matrimonio ArregladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora