Capítulo 5

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-______, por favor levántate.

Entumecida de pies a cabeza, suelto mi muñeca de aquel fuerte agarre. 

-Ya es tarde, mi madre va a matarnos.

Incapaz de poder comprender a las voces de mi alrededor, giro mi cuerpo al otro lado de la cama, golpeando en el camino a las dueñas de dichas voces.

-¡Auch!- las escucho quejarse. Gruño aún con los ojos cerrados al saber que el sueño no volverá a mí hasta que sea más tarde y abro mis ojos poco a poco.

La luminosidad en la habitación golpea mi sensible vista, lo cual me hace cerrar los ojos de golpe por lo molestosa que esta. Froto mis ojos con lentitud y una vez que estos se han podido adaptar a la luz del sol, enfrento a aquel par frente a mí. 

-¿Qué hora es?- pregunto con un leve bostezo. 

-Diez y veinticuatro.- responde la más pequeña. Yeri me observa con una pequeña sonrisa en su rostro antes de buscar su teléfono en su bolso. Mira confundida la pantalla de su dispositivo al encontrarlo y bufa al ver que este no prende. 

-Muerto.- gruñe. 

-Debiste traer la batería.- susurra Wheein a su costado. 

No tiene ni una sola gota de maquillaje en su rostro, aún así se ve muy bonita. Su cabello luce impecable, como si anoche no se hubiese estado remojando como pez bajo el agua en la piscina. 

Sus ojos pequeños lucen cansados y si mi intuición no me falla, ella parece estar enojada. 

-¿Sucede algo?- me atrevo a preguntarle en cuanto sus ojos han mirado los míos. 

-No.- asegura sería.- Solo tengo dolor de cabeza. 

No muy convencida por ello, asiento, aún sabiendo que ella me está mintiendo. 

No hay nada que pueda hacer al respecto; después de todo, me ha dejado muy en claro que sabe lo que tiene que hacer. 

Wheein es una persona muy necia.

Con los labios fruncidos y la vista perdida en todo el desorden que hay a mi alrededor, me incorporo en la cama, notando justo en ese momento que llevo puesto una prenda diferente a la que recuerdo haberme puesto anoche.

-¿Qué carajos?- musito. Me levanto de un brinco de la cama, apresurando mi paso hacia el espejo para poder notar mejor lo que llevo puesto. 

Un corto vestido gris de tirantes delgados, cubre con algo de discreción la desnudez de mis muslos. No me queda mal, pero es demasiado pequeño y estoy segura de que tal vez alguien de mi familia me ha visto con este. 

Mamá odia verme con cosas tan pequeñas y esta prenda le causaría un sangrado muy fuerte en los ojos, de eso estoy muy segura.

-¿Qué sucede?- pregunta Yeri llegando a mi costado. No hace falta tener que adivinar para saber qué es lo que sucede, ya que en cuanto su vista va directo a mi escote es cuando todo parece encajar en su cabeza.- ¡Noooo!- jadea admirada. 

Contando mentalmente hasta diez, busco encontrar algo en mi cabeza que me de la respuesta a ello, pero no encuentro nada. Con mi vista perdida en las marcas rosas de mi pecho, llego a pensar lo peor de mí misma. Nunca podría hacer este tipo de cosas, peor aún cuando a pocos metros de nosotros se encontraban mis familiares. 

Un suave y delicioso olor a Ginebra llega de golpe a mis fosas nasales y aún siendo incapaz de poder recordar siquiera una minúscula cosa, busco una y otra vez sin poder encontrar nada.

In My Head (Lisa y tú) (G!p) (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora