Capítulo 12

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-No puedo creer lo que acaba de ocurrir.

La pelea interna que tengo conmigo misma en este momento es indescriptible, comenzando por lo que sucedido minutos atrás en el auto de Lisa.

Exasperada y completamente acalorada por mis sucios pensamientos, dejo caer con rabia mis zapatos, bolso y chaqueta al frío mármol. Con mi respiración entrecortada camino hacia el gran espejo de mi habitación, observando mi reflejo muy enfurecida por creer que aquella visión había sido real.

-¡Mierda!- le gruño a mi reflejo.

Pareciendo una niña pequeña y no siendo muy maduro de mi parte, formo una pataleta al no haber obtenido lo que pedía. Respiro sin control alguno antes de burlarme de mí misma al ver mi reflejo. Sigo luciendo bien con este vestido, ¿Por qué ella simplemente no se escabulló entre mis piernas como esperaba?

Muerdo tan fuerte como puedo al volver a los inexistentes recuerdos de nosotras dos, los cuales me hacen estremecer al sentirse tan reales.

Su tacto firme sobre mis muslos. Sus dedos desgarrando mi ropa. Sus labios sobre mis pechos. Toda ella saboreando y deleitándose de mí.

Trago el cúmulo de saliva en mi boca y en ningún momento aparto mi vista de mi reflejo, ya que lo que veo me prende aún más. Mis manos bajan poco a poco por mi vientre, el cual se contrae ya que en mi memoria puedo recordar aquella vez que lo hicimos en los baños de la escuela. Sus besos húmedos sobre la piel de mi vientre, besando con tanta delicadeza y destreza cada parte de este hasta más no poder.

-No era algo difícil de hacer.- lloriqueo. Mis manos vuelven cuesta arriba, mientras en el camino juegan con los cortes de tela del vestido.

Mis dedos se enrollan alrededor de la delgada tela verde y por un microsegundo pienso en romperla, pero me detengo al recordar lo ardiente que había lucido ella en mi pequeña burbuja al romper toda mi ropa. Muerdo mis labios con fuerza al no poder más y la única opción que me queda para calmar todas estas ansias, es correr en dirección a mi clóset.

Desesperada al sentirme tan intranquila por toda mi calentura, desato con prisa mi vestido, pensando que después podría hacer que Lisa lo rompa.

-Te odio tanto por esto.- musito a la nada.

La suave tela se desliza por mis muslos hasta que por fin toca el suelo. Salgo de esta no sin antes deshacerme de mi ropa interior, la cual, estoy muy segura, está humedecida por toda mi excitación. Retiro mis pezoneras y sin más me dirijo al pequeño sector oculto entre todos mis bolsos.

Diría yo que esto no sería necesario si otro habría sido el escenario, pero específicamente en este momento lo necesito más que nunca conmigo. Estoy segura de que si mi madre encontrara este compartimento en mi clóset, no le parecería para nada extraño, ya que nadie podría sospechar de algo malo en aquel compartimento de osos de peluche.

Tan dulces y tiernos lucen frente a todos, pero desde que descubrí que en mi pequeño Teddy podría guardar muchas golosinas prohibidas, no pude evitar conseguir uno parecido y el doble de grande que el original. Teddy 2.0 es como yo lo llamo, el Teddy perfecto para guardar un arma cuya función es sólo satisfacer y endulzar días tan acalorados como estos.

Con manos ágiles saco dentro de este al uno bebé que hasta el momento me ha sido fiel, el único que ha logrado hacerme olvidar muchísimas cosas de mi día a día. Feliz al encontrar lo que buscaba, dejo caer el peluche al suelo mientras me deshago de la bolsa protectora de mi juguete.

La bolsa de terciopelo negro cae a mis pies y lo único que queda entre mis manos, es mi gran e inseparable amigo.

-Hola de nuevo señor Pinky.






In My Head (Lisa y tú) (G!p) (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora