Capítulo 7

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-Lo que me faltaba.

Suspiro agobiada en cuanto noto que el parking del Instituto está completamente lleno. Usualmente son los estudiantes de último año quienes conducen hasta las instalaciones de la escuela, sin contar a todos los maestros y pocos estudiantes de primero que por suerte tienen un auto, incluyéndome ahora claro. 

Hace apenas unas horas mamá se había ofrecido a traerme a clases, pero como no quería quitarle su valioso tiempo, le dije que no era necesario. Leonard también había esperado listo para poder llevarme a clases, pero grande fue su sorpresa cuando me vio con las llaves de mi nuevo bebé en manos.

Está más que claro que de ahora en más no necesitaré de ellos, tal vez en alguna que otra ocasión si requiera de la ayuda de Leonard, pero en definitiva no necesitaré la ayuda de mi madre. 

Hace un año tramité mi licencia de conducir, la cual fue muy difícil de conseguir. No soy una excelente conductora y estaría mintiendo si digo que lo soy. He chocado el auto de mamá más veces de las que ella siquiera ha tenido la oportunidad de arañarlo en el autolavado. Las probabilidades de morir mientras conduzco no son nulas, pero sí son pocas. 

Buscando entre todos los automóviles estacionados, encuentro un pequeño espacio entre dos autos azules. El Cadillac gris de mi profesora de Cálculo está estacionado justo al lado del Mustang azul que para mi mala suerte está mal estacionado. 

Golpeo el timón al saber que nada podré hacer al respecto, por lo que manejo de regreso a la salida en busca de ayuda. Al ir saliendo del parking, observo como algunos de mis compañeros dejan aseguradas sus bicicletas. No diré que es patético asistir al Instituto en bicicleta, porque en realidad no es así. 

Con el pasar del tiempo las bicicletas se han vuelto el mejor vehículo ambiental, ya que este ayuda demasiado al planeta al no tener que soltar ciertos gases tóxicos y demás. Además de ello, el manejar bicicleta ha ayudado con la salud física de todos los ciudadanos que encuentran dicho transporte muy divertido. 

Los estudios según el transcurso del tiempo nos han dado a conocer que gracias a este transporte y sus diversas versiones, han logrado combatir gran porcentaje de la obesidad a nivel mundial. Pero aquello no ha sido lo único que ha venido como anillo al dedo para toda la sociedad, ya que en el año 2039 la OMS dictaminó que el 89% de lugares de comida rápida serían cerrados debido a la alta demanda de sobrepeso aquí en los Estados Unidos. Según mis conocimientos y bueno porque también estuve muy pequeña cuando todo esto pasó, fue un cambió muy abrupto.

Ver como todos los grandes imperios de comida rápida caían, fue sin duda lo peor y lo mejor que pudo pasarle a la raza humana. Actualmente se puede consumir dichas cosas, como pizzas hasta incluso hamburguesas, pero para aquello es necesario siempre cargar con una pulsera de color naranja que tenga absolutamente todos tus datos médicos actualizados. 

Con la cabeza repleta de toda la información que días atrás he estado recolectando para mi nuevo informe, detengo mi auto junto al guardia de seguridad que para mi buena suerte he encontrado dentro del Instituto. 

-¿Sí buenos días?- pregunta amable el fornido hombre de traje azul. 

-Buen día.- contesto a su saludo.- Verá, tengo un pequeño problema en la plaza de aparcamiento. Hay un vehículo que para mi mala suerte está ocupando dos espacios. No quiero sonar grosera, pero estoy por llegar tarde a clase.- el hombre asiente al oírme antes de escanear sobre su reloj de muñeca el mapa central del área de estacionamiento.

Con rapidez busca entre todos los vehículos, hasta que finalmente encuentra al Mustang azul. Tecleando de manera rápida sobre el sensor de su muñeca, mueve el auto hacia un costado hasta que este por fin ha quedado estacionado de manera correcta. 

In My Head (Lisa y tú) (G!p) (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora